El gobierno de Afganistán confirmó el uso de torturas, abusos y
desmanes en las cárceles, al concluir una investigación oficial
orientada por el la oficina del presidente Hamid Karzai.
La pesquisa se originó para comprobar un informe emitido en enero
último por un organismo de la ONU, en el cual se denunciaban ese
tipo de acciones.
Los investigadores del Ejecutivo afgano corroboraron mediante una
encuesta realizada con 625 reclusos que 326 de ellos sufrieron
palizas, golpes en los genitales, amenazas de ejecución o violación,
entre otros maltratos.
Según el reporte de la ONU, se desconoce el destino de 81
personas encarceladas de septiembre de 2011 a octubre de 2012 en la
suroccidental provincia de Kandahar.
Esa investigación del máximo organismo mundial también denunció
la existencia de recintos secretos por el Servicio Secreto de
Afganistán.
El vocero presidencial, Aimal Faizi, afirmó que el Gobierno no
está involucrado en los crímenes contra los detenidos y que torturar
o maltratar no forma parte de la política estatal.