Pese a las dificultades que ha impuesto el bloqueo, añade, "Cuba
consiguió impulsar el deporte comunitario, valorizarlo. Los grandes
atletas aparecen cuando se da la oportunidad a un mayor número de
niños y jóvenes".
Convencido de que hoy día el deporte "es un gran negocio, pero
más que eso una esperanza, una ilusión, un sueño que congrega
muchos", Rebelo expuso cómo en Brasil, donde existe una gran
desigualdad, el fútbol resultó un elemento aglutinador de la
sociedad para ilustrar el poder de esta actividad como "una ventana
abierta para los pobres".
Justo así, se mostró satisfecho con los resultados de sus
intercambios de opiniones con las autoridades cubanas y el
presidente del INDER, Christian Jiménez, tras constituir un grupo de
trabajo que ya inició su accionar, para expandir la cooperación
entre ambos países en todas las parcelas de la actividad física
rumbo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Y a propósito de ello, le dio un buen pase al fútbol de la Isla,
al presentar un proyecto de asistencia técnica para su desarrollo
con el apoyo de un prestigioso club como el Sao Paulo.
"Con esta propuesta no pretendemos la brasileñización del fútbol
cubano, porque lo que en verdad deseamos es la cubanización del
fútbol, que Cuba encuentre su propio estilo y pueda cosechar los
mismo logros que ya tiene en otros deportes", afirmó el Ministro,
visiblemente emocionado por la posibilidad de compartir con
luminarias como Mireya Luis, Félix Savón, Javier Sotomayor, Driulis
González, Omar Linares o Héctor Milián en una muestra clara y
sincera del cariño y el respeto infinito del pueblo brasileño que
les transmitió.