Manuel Díaz Riverol, subdelegado de Inversiones de Recursos 
			Hidráulicos en la provincia espirituana, confirmó que la obra 
			ejecutada, actualmente en fase de pruebas, permite la entrada de 175 
			litros por segundo de agua al depósito, elimina las pérdidas que 
			hasta ahora se calculaban en alrededor de un 60 % de lo bombeado y 
			crea las condiciones para en el futuro incrementar las entregas 
			desde la zona Este de la ciudad.
			Valorado en 1,7 millones de pesos, el proyecto Santiago 
			Escobar-La Chanzoneta fue asumido por la Empresa de Mantenimiento y 
			Rehabilitación de Obras Hidráulicas de Matanzas, del propio 
			Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, e incluyó la sustitución 
			de todas las tuberías de la conductora central.
			Según Díaz Riverol, para el 2013 las propias fuerzas ejecutoras y 
			el Grupo Empresarial de la Construcción de Sancti Spíritus han 
			previsto iniciar el restablecimiento de redes en la zona baja de la 
			parte este de la ciudad hasta el entronque de Casilda, la laguna de 
			oxidación no.1 para el tratamiento de residuales y un colector para 
			iguales fines, todo lo cual suma valores superiores a los 4 millones 
			670 mil pesos.
			El proyecto de rehabilitación hidráulica en el sureño municipio 
			espirituano —asciende a más de 50 millones de pesos en total y está 
			concebido hasta el 2016— no solo beneficiará a la vieja ciudad, 
			Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino también a los 
			asentamientos de Casilda, La Boca, La Pastora, Sanguily, Media Legua 
			y a las instalaciones hoteleras ubicadas en la península de Ancón.
			El programa contempla el aprovechamiento de las aguas de Arenas 
			de Algaba, próximo al río Agabama, que según estudios constituyen 
			una de las fuentes más prometedoras para el suministro a la región, 
			así como de otras fuentes tradicionalmente explotadas entre las que 
			se cuentan los pozos de Santiago Escobar, Las Piñas y Los Mangos, 
			los de la zona Oeste, cercana al Circuito Sur y los manantiales de 
			San Juan de Letrán, en las alturas del Escambray, que se usan desde 
			los tiempos de la colonia.