En una
reunión consultiva con ese objetivo, el Mariscal Kim Jon Ung, máximo
líder norcoreano, precisó que "para nosotros es importante poner en
órbita un satélite artificial, pero más importante es defender el
legítimo derecho al uso del cosmos con fines pacíficos".
El también Primer Secretario del Partido del Trabajo y Presidente
del Comité de Defensa Nacional, reiteró que esa posición es "vital
para preservar la soberanía y lograr la prosperidad del país".
En ese sentido, Jong Ung denunció la política hostil de Estados
Unidos para quien la RPDC "es una espina en la garganta" y la
calificó de arrogante y saboteadora de una solución a la crisis en
la Península Coreana.
Añadió que la RPDC continuará sus programas de desarrollo de
satélites, cohetes de largo alcance y realizará una próxima prueba
nuclear de alto nivel, consciente de la justeza de su causa.