El binomio Correa-Glas apuesta por la consolidación de dicho
proyecto social para dar continuidad a los avances de los últimos
seis años.
El propio Correa dijo que ganar la Presidencia no es el único
objetivo, sino que se debe apuntar a la Asamblea, y precisó que
contar con la mayoría parlamentaria es vital para sustentar los
planes de la Revolución
Ciudadana.
Otro desafío —agregó— es erradicar la pobreza mediante la
redistribución de las riquezas, pues "solo con el poder político en
función de las grandes mayorías es posible cambiar esa realidad".
Con ese fin delineó el proyecto gubernamental para un nuevo
mandato. Son diez objetivos o "revoluciones" como las calificó (a
los cinco iniciales se les suman otros cinco), que incluyen esferas
como la económica, la social y la cultural. Abarcadores ejes que se
contraponen a las propuestas del resto de los binomios con los
cuales se enfrentarán.
En intención de voto, el más cercano a AP es el exbanquero
Guillermo Lasso, aspirante por el Movimiento CREO (Creando
Oportunidades), corriente política de derecha recién fundada (enero
del 2012). Lasso ha planteado un "reajuste" de la política exterior.
Este postulante, sobre el que pesan acusaciones de filtrar
información de inteligencia a la embajada de EE.UU. en Ecuador, dijo
que priorizará los acuerdos comerciales con Europa y Estados Unidos
y que apoyaría el fortalecimiento de la Organización de Estados
Americanos (OEA), en detrimento de los procesos de integración
regional de América Latina y el Caribe como la CELAC y el ALBA.
Otro de los que se mueven en esa cuerda es Lucio Gutiérrez,
expresidente derrocado y que en una ocasión refirió que "Ecuador
deseaba convertirse en el mejor amigo y aliado de EE.UU.". El
candidato por el Partido Sociedad Patriótica —cuya creación está
relacionada con el derrocamiento en el año 2000 del presidente Jamil
Mahuad— calificó el ALBA como "club ideológico y chistoso". Durante
su mandato (2003-2005) fue acusado de traicionar a las clases
desfavorecidas por aliarse con los partidos conservadores, preservar
el modelo económico-liberal y dar alas al nepotismo y la corrupción.
Se incluyen en la lista electoral el hombre más rico de Ecuador,
el empresario Álvaro Noboa, aspirante por el Partido Renovador
Institucional Acción Nacional (PRIAN), de ideología neoliberal.
A estos comicios también se presentará el economista Alberto
Acosta, representando a la Unidad Plurinacional de las Izquierdas,
coalición de partidos políticos y movimientos sociales creada en el
2011. Sus fundadores apoyaron en un momento a Correa y a la
Revolución Ciudadana, pero luego tomaron distancia.
Otros que competirán son el pastor evangélico Nelson Zavala por
el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), de centroderecha; los
abogados Mauricio Rodas por Sociedad Unida Más Acción (SUMA) y
Norman Wray por Ruptura 25, movimiento que también se escindió de la
AP; todos estos mucho más alejados en los sondeos.
Respecto a las particularidades de este proceso electoral, el
periodista ecuatoriano, Ilitch Verduga, declaró a Granma que
"el ente constitucional conductor del proceso es el Consejo Nacional
Electoral, cuyos miembros no surgieron de los propios partidos
políticos, como era en el pasado, sino de una nueva forma de
distinción sustentada en la acción de Comisiones Ciudadanas de
Selección integradas por delegados de las funciones del estado y de
la ciudadanía".
Sobre la presión mediática contra Correa, el reportero del diario
El Telégrafo explicó que "las elecciones le brindan la oportunidad a
la mediocracia ecuatoriana como sujeto político ilegítimo, de seguir
interviniendo en todo el proceso electoral, a favor de los
candidatos de la banca y la oligarquía".
Sin embargo, la derecha ecuatoriana —histórica expoliadora de los
recursos del país— no ha logrado encontrar una fórmula que siquiera
se acerque a la popularidad de Correa. Pero, sobre todo, se ha
creado la conciencia general de que una vuelta al neoliberalismo
podría ser fatal en las actuales condiciones de Ecuador y en su
papel de vanguardia que ha alcanzado en los últimos tiempos.
Planteadas están ya todas las opciones políticas que se
enfrentarán el próximo 17 de febrero. Y, como reafirma el presidente
Correa en todos sus discursos, el pueblo ecuatoriano tiene
"prohibido olvidar" en esta nueva etapa de su historia.