El Comandante Antonio Enrique Lusson, en ese momento Ministro del
Transporte, encabezó esta batalla que se proponía recuperar el
ferrocarril, llevarlo a los niveles que se necesitaban para
enfrentar las transportaciones de carga y de pasajeros.
El país se enfrentaba a una inversión poderosa que transformaría
el ferrocarril cubano, nuestro ferrocarril, el primero en América
Latina y el séptimo en el mundo, que había nacido el 19 de noviembre
del año 1837.
En trenes, coches motores, autos, jeep, caminando las
vías, se visitaban los lugares, se chequeaban y controlaban las
tareas y se producía un enorme movimiento de masas en los
intercambios que tenían lugar a lo largo y ancho del ferrocarril
entre sus trabajadores, la máxima dirección del Ministerio, de los
ferrocarriles y del sindicato, con un mensaje de aliento para la
reanimación del sector.
Las reuniones y encuentros con los trabajadores muchas veces se
tornaban complejas, la gente en muchos lugares estaba escéptica,
algunos tenían dudas, había que dialogar y ganarlos, como se hizo,
para la tarea. Quizás el Comandante Lusson tenga algunos datos sobre
estas cosas ya que él siempre tenía con él unas libretas grandes
donde recogía muchas de estas incidencias.
La lucha por la puntualidad de los trenes, del cumplimiento de
sus itinerarios, de la disciplina ferroviaria, alcanzó un primer
plano en todo este trabajo. El país además de los recursos que
destinaba al ferrocarril, incorporaba importantes fuerzas de apoyo a
este empeño, como fueron las Brigadas de la Construcción y el
Ejército Juvenil del Trabajo.
Los trabajadores de vía y obra del ferrocarril recibieron
máquinas y equipos que no solo mejoraban su productividad, sino
también que humanizaban tremendamente su trabajo.
No fue casual que la Primera Asamblea del Sector de Transporte y
segunda en todos los sectores, después de la Cubana de Acero se
desarrollara en los Talleres Ferroviarios de Luyanó "Francisco Vega"
bajo la dirección del Capitán de la clase obrera, nuestro querido e
inolvidable Lázaro Peña, para discutir la Tesis del Histórico XIII
Congreso de la CTC.
Ahora en el año que se cumplen 40 años del XIII Congreso la CTC
se ha convocado al XX Congreso y estamos seguros que los
trabajadores ferroviarios harán también importantes contribuciones a
sus discusiones previas al mismo.
El ferrocarril es todo un sistema en su movimiento, sus
comunicaciones, en su técnica, en su participación en la economía,
en abaratar los costos en las transportaciones de carga y de
pasajeros. Hoy en el mundo, el ferrocarril alcanza niveles de
desarrollo insospechables que acentúan su eficiencia y logra incluso
altas velocidades como un medio de transporte rápido y seguro. Pero
en cualquier circunstancia y en las nuestras ahora, se acentúan más
el hombre, el trabajador ferroviario, de vía y obras, del taller, de
comunicaciones, el tripulante, etc, quienes seguirán siendo la parte
fundamental del ferrocarril.
De ahí que la instauración del Día del Trabajador Ferroviario es
una de las acciones más humanas y revolucionarias con los obreros.
Cosas como esta no podrían tener un mejor organizador e inspirador
que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuando la materializó el
29 de enero de 1975 en la inauguración del Primer Tramo de Vía
Férrea de 25 kilómetros de Oliver a Calabaza, en Placetas, antigua
provincia de Las Villas.
Allí Fidel no solo explicó a todos los trabajadores lo que se
estaba realizando, sino que trazó el camino de lo que faltaba por
hacer, del esfuerzo que se requería de todos los involucrados y la
conciencia y el trabajo de choque que se necesitaba.
Fidel explicó por qué entonces se había decidido una sola vía y
no dos. Los estudios económicos realizados con la Unión Soviética
que nos apoyaba en esta gigantesca obra, así lo demostraban en los
análisis del volumen de tránsito, en crecimiento y en años futuros.
Que por lo tanto dos vías no eran necesarias y además haría muy
costosa la inversión.
Fidel explicó que el total de la reconstrucción atravesaría 1 149
kilómetros de vía (construir o reconstruir) y que todo esto de una
sola vía tendría una gran seguridad.
Definió las inversiones a ejecutar como la planta de traviesas,
los molinos de piedra no solo para construir sino también para
ejecutar los mantenimientos, estaciones, centros de carga y descarga
y otros equipos necesarios.
En el marco de este acto inaugural del primer tramo de vía
férrea, nuestro Sindicato Nacional de Transporte propuso constituir
una brigada de choque de 120 hombres para trabajar en esta obra de
la construcción del ferrocarril con el espíritu de la Brigada de
Macheteros LVII Aniversario de la Revolución de Octubre y la cual
llevaría el nombre de Primer Congreso del Partido.
Al referirse a esta propuesta en sus palabras el Comandante en
Jefe dijo: "No hay duda que eso sería un gran aporte a esta obra,
porque en esta obra hay que trabajar con ese espíritu."
Más adelante, el compañero Fidel señalaba el contenido de este
día del ferroviario: "En dos palabras este día debe servirnos para
el inicio de una nueva conciencia ferrocarrilera en nuestra patria y
para que nuestra juventud tome en sus manos las banderas de ese
noble propósito. Debe servir a la vez este día de estímulo a todos
los trabajadores ferroviarios y a los valerosos constructores del
ferrocarril".
Todos conocemos que el periodo especial nos tronchó las
posibilidades de culminar esta tarea. Nuestro Sindicato cumplió lo
comprometido con Fidel y la Revolución en ese Acto y constituyó el
contingente Primer Congreso del Partido con trabajadores de todo el
país al frente del cual estuvo el compañero Juan Antonio Sosa,
miembro del Secretariado Nacional del Sindicato y obrero
ferroviario.
Hoy de nuevo se ha puesto en marcha la voluntad ferroviaria en el
país, la Revolución ha emprendido el camino de su actualización y un
día como el día del ferroviario, entre recuentos, resultados y
reconocimientos debe estar la firme decisión de avanzar en este
reto. Debemos hacerlo porque podemos.
Convertir entonces cada día del ferroviario en un balance de
realizaciones y eficiencia nos motivará a tener siempre la
satisfacción de aquellas palabras finales que dijo el Comandante en
Jefe de la Revolución hace 38 años: "Este ha sido para nosotros un
día muy feliz".