Al
menos cinco civiles, incluidos dos niños, murieron y otros veinte
resultaron heridos hoy en un ataque suicida al paso de un convoy
militar de la OTAN en la provincia central afgana de Kapisa, según
fuentes oficiales y del organismo multilateral.
El atentado tuvo lugar a primera hora de la mañana (hora local)
en un mercado del distrito de Tagab, donde el insurgente hizo
estallar los explosivos que portaba en su coche, afirmó un alto
funcionario del gobierno regional, Qudus Safi.
Entre los civiles muertos hay dos niños, mientras que los heridos
fueron trasladados a un hospital cercano, añadió Safi a las agencias
local AIP y Pajhwok.
La misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) en Kabul confirmó el
ataque y aseguró que aunque no hubo víctimas mortales entre sus
filas, sí se registraron "varios muertos civiles".
El atentado fue reivindicado por el portavoz talibán Zabiulá
Muyahid, quien declaró que el suicida acabó con las vidas de doce
soldados estadounidenses, aunque los insurgentes suelen exagerar el
alcance de sus acciones.
Los insurgentes talibanes recurren con frecuencia a colocar
bombas camineras o cometer ataques suicidas en su lucha por derrocar
al Gobierno afgano y lograr la salida del territorio afgano de las
tropas internacionales desplegadas en el país.
Según datos del portal independiente icasualties.org, en 2012
murieron 402 soldados extranjeros en Afganistán y en lo que va de
año han fallecido 8.
La invasión internacional del país puso fin al régimen talibán en
el año 2001, pero en los últimos años los insurgentes se han
reorganizado y han incrementado el alcance de sus acciones para
volver a implantar un régimen fundamentalista islámico.
La mayoría de las víctimas del conflicto -varios miles al año- en
este país, uno de los más pobres, violentos e inestables del mundo,
son sin embargo civiles.