Agresiones a los contenedores de desechos
domiciliarios en La Habana
La ilegalidad tiene quien la contenga
SHEYLA DELGADO GUERRA
El 2012 resultó un año de gran incidencia en las ilegalidades
asociadas a los contenedores de desechos domiciliarios en la
capital. Reportes de la Fiscalía Provincial de La Habana así lo
confirman, con más de 200 casos controlados en ese calendario.
Estos
contenedores se ocuparon mediante registro domiciliar junto a otros
artículos.
Las tipicidades delictivas más comunes fueron: en primer lugar,
Receptación, Hurto —básicamente la sustracción de ruedas— y Daños.
Estos últimos se debieron, en lo esencial, a incendios ocasionados
por arrojar desechos sólidos o sustancias de alta inflamabilidad.
¿INFRACCIONES "SOBRE RUEDAS"?
Según informó la Fiscalía a Granma, más del 80 % de los
casos tramitados son afectaciones a las ruedas de los depósitos.
En sentido general, los municipios capitalinos que reportaron
mayor cantidad de violaciones fueron: Centro Habana —con 42
denuncias radicadas—, La Habana Vieja (22), Plaza de la Revolución
(17) y 10 de Octubre (14).
De los procesos penales por delitos asociados a las ruedas de los
contenedores, Granma trae a colación algunos ejemplos,
ofrecidos por la Fiscalía.
El 18 de abril del 2012 fue sorprendido un ciudadano mientras
cortaba con un machete una de las gomas de un colector de desechos
sólidos. El expediente se presentó con escrito acusatorio al
Tribunal Provincial de La Habana y el acusado resultó sancionado a
cuatro años de privación de libertad.
Materiales,
la mayoría de procedencia ilícita, que servirían como materia prima
para el procesamiento de plástico sin la debida autorización. fotos:
cortesía de la fiscalía provincial de la habana
Con similar modus operandi, fue detenido un individuo
cuando desprendía con una mandarria una rueda del depósito de basura
y trataba de zafar otra. Se inició la investigación y el Tribunal lo
sancionó igualmente a privación de libertad por el vandalismo
cometido.
Pendiente de juicio se encuentra en estos momentos un ciudadano
que fue sorprendido in fraganti al tratar de sustraer dos
ruedas de un colector.
Otro hecho revelador resultó el de un funcionario de Comunales,
involucrado en la apropiación de ruedas de contenedores, a las que
había dado de baja con el fin de comercializarlas o entregarlas a
particulares. Estos, a su vez, las empleaban en la confección de
carretillas destinadas al expendio de productos agrícolas. En este
caso se comprobó la participación de otro ciudadano que adquirió una
parte de las ruedas y ambos están acusados ante el Tribunal.
Uno de los hechos de este tipo más complejos durante el 2012,
descubierto en San Miguel del Padrón, ocurrió a finales de
diciembre, en el que están acusadas cuatro personas. De ellos, uno
se dedicaba a la fabricación de artículos plásticos, sin tener
licencia para esa actividad, con la colaboración de tres implicados.
Estos últimos se encargaban del almacenamiento y la compraventa de
la materia prima para abastecer a esta y otras fábricas ilegales
procesadoras de plástico.
A los involucrados se les ocupó, mediante registro domiciliario,
seis contenedores de basura, además de fragmentos de objetos
plásticos, virutas de nailon, moldes e instrumentos de trabajo. En
estos momentos prosigue la investigación.
Conforme lo establece el Código Penal, y de acuerdo con la
magnitud de los hechos referidos, se pueden aplicar sanciones
privativas de libertad por los delitos de Receptación, Actividades
Económicas Ilícitas y Robo con Fuerza en las Cosas además se pueden
imponer multas por los mismos y la confiscación o comiso de bienes.
TRAS LA
HUELLA DEL DELITO... EL SALDO DE LA IRRESPONSABILIDAD
¿Cuánto le cuesta al país un contenedor de desechos
domiciliarios? ¿Qué impacto —negativo, por las claras— tienen tales
actos delictivos en la higienización de la ciudad? Interrogantes
estas que, de seguro, no se hicieron los autores de estos delitos y
que llevaron a nuestro diario a la Dirección Provincial de Servicios
Comunales en La Habana, en aras de ilustrar la dimensión de los
perjuicios.
José Carlos Batista Roca, director de esa entidad, explicó que
hoy existe un déficit de contenedores en la capital valorado en
aproximadamente 6 000 unidades. Dijo, además, que la totalidad de
esos depósitos son adquiridos en el exterior y su precio depende
directamente del comportamiento de los costos del petróleo en el
mercado mundial, pues el plástico con el que se fabrican esos
recolectores de basura se obtiene a partir de subproductos del
combustible.
En el 2012 —enfatizó— se tuvieron que importar 4 000 contenedores
para La Habana, que le costaron al Estado unos 740 mil dólares. En
los últimos años, el precio de cada unidad ha oscilado entre los 160
y los 185 dólares.
Podría pensarse que el menor "de los males" es la sustracción de
ruedas, sin embargo, cuando estas son retiradas, el contenedor
pierde funcionabilidad en gran medida, al dificultar —e incluso,
imposibilitar la mayoría de las veces— la recogida de los desechos.
Como los camiones recolectores no pueden maniobrar esos depósitos si
les faltan ruedas, los trabajadores que operan el camión tendrían
que cargar literalmente sobre sus espaldas cada contenedor dañado.
Su trabajo, por tanto, se deshumaniza.
Y unido al impacto económico y social, está el ambiental. A menos
contenedores disponibles, más contaminación. No se trata de escudar
otros problemas en materia de higienización de la ciudad con los
hechos descritos, pero si se cuidara más lo poco que tenemos,
ganaríamos todos: La Habana en limpieza, la población en salud, los
trabajadores de Servicios Comunales en humanización de sus
condiciones laborales y el Estado tendría un respiro de las facturas
"con varios ceros".
La prevención y el enfrentamiento de infracciones como estas
deben preocupar y ocupar a toda la nación. |