Los padres estimulaban a Asiel Medina para que optara por una
carrera de letras. Así el joven se decidió y comenzó su andar por
las aulas universitarias. Había inteligencia, pero el hijo de Jorge
Francisco Medina y María Luisa García, enamorado de la agricultura,
no estaba del todo conforme con la selección que hizo y, un buen
día, decidió acompañar a sus padres en la Cooperativa de Créditos y
Servicios Paco Cabrera.
El
sencillo laboratorio de Asiel en el propio local de la cooperativa.
La finca de cinco hectáreas que cultivan en el municipio de San
José, en la provincia de Mayabeque, aguardaba por sus conocimientos.
Recibió entonces el visto bueno de sus padres y, sin abandonar los
estudios, llevó sus esfuerzos también hasta el surco. De la noche a
la mañana se convirtió, con 22 años, en un líder de su generación.
La Universidad Agraria devino institución ejemplo de cuanto
podían hacer en función de aprovechar mejor la ciencia y la técnica.
Asiel comenzó a destacarse al nuclear allí a jóvenes con iguales
inquietudes y deseos de explotar al máximo las hectáreas disponibles
creando bancos de semillas de alta calidad y compartiéndolas con
otras CCS.
Sin poseer grandes recursos, llevó adelante la iniciativa para
crear híbridos de semillas capaces de soportar condiciones adversas.
El óptimo uso de la tracción animal, las atenciones
fitosanitarias y la sistemática supervisión a los cultivos,
constituyen hoy el corazón de esta finca que involucra a decenas de
jóvenes de diferentes lugares.
No poseen, para sus estudios, laboratorios con moderno
equipamiento, pero en el propio local de la cooperativa el talento
se abrió camino y entre todos montaron una discreta instalación que
causa admiración a cuantos le visitan.
Ninguna variedad vegetal les es ajena a quienes un día decidieron
transitar, no obstante su juventud, por empeños mayores, y hoy son
punto de referencia para otros colectivos agropecuarios. Estos
jóvenes también conocen todos los indicadores que mide el Grupo
Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana.
Jorge y María Luisa aseguran que desde el 2006 trabajan por
levantar la Paco Cabrera "en medio de tierras que se caracterizaban
por estar ociosas y mal utilizadas".
La extensión es limitada, afirman, pero el asunto es extraerles
el máximo a los suelos y lograr que estos jóvenes se sientan
realizados con los resultados que obtienen. Y esto, asegura Asiel,
solo será posible con una consecuente estrategia para el desarrollo
sostenible mediante el uso eficiente de los recursos.
La acción de estos jóvenes influye en la condición de referencia
nacional ganada por la Paco Cabrera y en el hecho de que sea
candidata a la excelencia en la agricultura urbana y suburbana.
Del aula al surco, es la máxima del equipo que, con Asiel a la
vanguardia, atesora infinitas aspiraciones productivas y de
eficiencia, y en donde el fríjol es uno de los más elocuentes
ejemplos.