Según EFE, esto supone que ambos grupos entrarán en la misma
categoría que los otros dos reconocidos en la constitución
canadiense: las Primeras Naciones y los inuit (antiguamente
llamados esquimales).
La publicación de la sentencia se produce en medio del creciente
conflicto entre Ottawa y grupos indígenas del país sobre las
condiciones de vida en las reservas y los derechos de los
aborígenes.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, aceptó la semana
pasada reunirse con una delegación de líderes indígenas después de
que una jefa tribal, Theresa Spence, se declarase en huelga de
hambre a pocos metros del Parlamento en Ottawa.
Spence, quien empezó su ayuno el pasado 11 de diciembre, ha
señalado que no consumirá sólidos hasta que se produzca la reunión
con Harper el próximo 11 de enero.
Agrupados bajo el movimiento Idle no more (No más
pasividad), los indígenas canadienses se han pronunciado contra un
proyecto de ley que permite la exploración y extracción de petróleo
y gas, así como la pesca en ríos ubicados en asentamientos
aborígenes.
Los manifestantes consideran que la medida vulnera sus derechos
ancestrales sobre la tierra, el agua y los recursos naturales, y es
perjudicial para el medioambiente porque permitirá al Gobierno
controlar las zonas protegidas.
De acuerdo con el censo canadiense del 2006, el último que recoge
cifras sobre los indígenas, la población aborigen del país era de
cerca de un millón 200 mil personas (incluidos métis e
indígenas sin estatuto).