Alain Valdés Sierra

Harold Gramatges, figura cimera de la creación musical en Cuba durante el siglo XX, calificó la Misa Cubana a la Virgen de la Caridad del Cobre —excepcional obra de José María Vitier— como pieza que reúne y entrelaza los valores del culto litúrgico con elementos definidos de la tradición culta y popular nacional.

Una vez más la Misa... será motivo de disfrute para degustadores, creyentes o no, de un arte de notable factura, cuando en la tarde de este domingo suban las cortinas de la Sala Covarrubias del capitalino Teatro Nacional.

El concierto, dirigido por el propio Vitier, será el cierre de la gira, que con motivo del aniversario 400 de la aparición de la imagen de la Patrona de Cuba, realizara su elenco por varias plazas del oriente del país. Además celebrará la presentación número cien de la obra, de las que una treintena ha tenido lugar en escenarios nacionales.

Vitier, creador de las bandas sonoras de varios filmes cubanos como El siglo de las luces, apuntó en conferencia de prensa efectuada en la sede del Instituto Cubano de la Música, que para el concierto de la Covarrubias se contemplan cambios en la nómina original del elenco, pues a las habituales voces de Amaury Pérez y las sopranos Bárbara Llanes y María Felicia Pérez, se suma la de Augusto Enríquez, incorporado a la Misa desde el periplo por la región oriental de la Isla.

De especial señaló el músico el estreno de Al pie de tus altares, pieza no incluida en el cuerpo de la Misa... y que con texto de su autoría será interpretada por Liuba María Hevia a partir de un arreglo para un formato orquestal más amplio que en su versión original. También fuera de la obra principal aparece Ave María por Cuba.

Se agrega, además, la participación de la pianista María del Henar y los percusionistas Abel Acosta y Manuel Vivar; el acompañamiento coral correrá a la cuenta de Exaudi, mientras que el instrumental estará a cargo de la Orquesta de Cámara Solistas de La Habana.

La Misa Cubana a la Virgen de la Caridad del Cobre, estrenada en la Catedral de La Habana en 1996, sigue la estructura tradicional de la misa mariana (a la Virgen María), contrastando textos en español con partes en latín: canto de entrada (Déjame tomar asiento), canto final (Plegaria a la Virgen del Cobre) y en lugar del Credo, la segunda canción, titulada Misteriosa transparencia.

Sobre la importancia de la Misa... dentro de su obra y la música cubana en general, Vitier dijo a Granma que la pieza concentra convicciones espirituales y personales; su interpretación, dentro y fuera del país, ha sido motivo de unión, y genera un sentimiento compartido que resulta muy emotivo.