Tanto
por lo acontecido en el Centro Cultural Pablo de la Torriente, donde
invitados por el poeta Víctor Casaus ofrecieron un recital con todas
las de la ley, como a su paso por la tertulia La Utopía, del colega
Fidel Díaz Castro, o ahora mismo por los predios de los trovadores
villaclareños, el cruce de un año a otro en la isla ha tenido entre
sus protagonistas a dos argentinos instalados en la vanguardia de lo
que alguien llamó, con justeza, la canción necesaria, Julia Zenko y
Luis Gurevich.
Ella
es una de las voces más cálidas y rotundas de la cancionística
contemporánea en su país. Se pasea con propiedad por los territorios
de Atahualpa Yupanqui, Fito Páez, Víctor Heredia, Jorge Fandarmole y
la inefable María Elena Walsh (La cigarra), pero también su
aire sabe a tango y mira el contorno vecino de Víctor Jara y Violeta
Parra.
Lo del tango es una marca ineludible en la trayectoria de la
Zenko, sobre todo por haber grabado en 1997 la ópera María de
Buenos Aires, de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer, junto al
violinista letón Gideon Kremer.
Esto impulsó a que el también célebre violonchelista Yo Yo Ma la
invitara a realizar una gira de conciertos por Japón.
Sin embargo, como ella misma confiesa, "los argentinos saben que
soy una cantante ecléctica; no me quedo quieta en un solo género
musical; a fines del 2009 salió un disco mío en el cual le rindo
homenaje a una cantante que se llamó Elis Regina, una cantante
brasilera a la que admiro hace bastante tiempo y está grabado
totalmente en portugués".
Gurevich viene de trabajar largamente con León Gieco, responsable
no solo de muchas orquestaciones sino también de algunos temas
esenciales en el repertorio del gran cantor como Cinco siglos
igual. Juntos grabaron el disco Canciones.com y
decidieron emprender esta gira por Cuba para compartir con nosotros
sus corazones.