Bejucal va por más en las conservas

Juan Varela Pérez
juan.pvp@granma.cip.cu

La pequeña industria que recibe, procesa y envasa hortalizas y frutas de la Cooperativa de Crédito y Servicio Camilo Torres, de Bejucal, consolida su producción.

Foto: Jorge Luis GonzálezLa pequeña minifábrica de Bejucal no posee grandes ni modernas instalaciones, pero aprovecha las que tiene.

A simple vista muchos ignoran lo que ese pequeño colectivo es capaz de alcanzar con lo que tiene. Para lograrlo hay que adentrarse en sus reducidas áreas y comprobar el sentido de ahorro existente.

Los niveles de conservas que hoy registra, con el empleo de escasos medios, demuestran las posibilidades de las llamadas minifábricas y lo que significa aprovechar materias primas que antes quedaban en los campos o eran rechazadas.

Aunque el tomate ocupa gran parte del año, también son de interés el mango, la guayaba, la cebolla, el ajo y muchos renglones más, acopiados en las 3,5 hectáreas sembradas en El Roble, en los restantes suelos de la Camilo Torres o de otras cooperativas.

La iniciativa de su personal rescató elementos técnicos declarados inservibles y mediante ajustes y modificaciones, los devolvió a la vida productiva.

Con escasos recursos la planta mejora sus condiciones de trabajo y de operación y, por ejemplo, hasta la fecha rebasa las 75 toneladas de productos avalados por su alta calidad.

Los "finqueros" admiten que lo más significativo en lo económico es la cercanía entre el campo y la fábrica.

Puntos de venta y otros destinos, incluidos municipios próximos a Bejucal, comercializan, bajo contrato, las variedades que producen solo seis obreros, casi todos mujeres.

El grueso del equipo, se encarga de fregar y dejar los envases que retornan, o los que adquieren en el mercado, listos para una nueva campaña. La disponibilidad de recipientes para envasar constituye, según apunta Lázaro Valdés, el administrador, el problema más grave dadas las dificultades para que la presencia, y el tamaño y su contenido, sean parejos y puedan cubrir las demandas.

El impulso de estas minifábricas de conservas obedece, en lo fundamental, a la creación de la agricultura suburbana y lo que representa para aprovechar el máximo de recursos que antes, al no cubrir las exigencias del destinatario, se dedicaban al consumo animal o se perdían.

La agricultura suburbana de Bejucal, en Mayabeque, elogia la organización y el grado de excelencia de esta minindustria, piezas fundamentales en el empeño de conseguir bajar los costos productivos y asegurarle al municipio frutas y hortalizas encurtidas en épocas no ideales para estos cultivos.

 

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