Reparación del vial de montaña Bayate-San Fernando

Reto a la calidad

JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN

El periodo breve de trabajo apenas ha dado para reparar dos de los 14 kilómetros de la carretera que enlaza a las comunidades de Bayate y San Fernando, en la serranía oeste del municipio guantanamero de El Salvador, y ya "llueven" las frases de agradecimiento de campesinos, conductores de vehículos y otros pobladores de la zona hacia los ejecutores de la obra.

Foto del autorInstante en que se trabajaba sobre el kilómetro dos.

Todo calificativo de los lugareños lleva una dosis de optimismo: "Ahora sí se está haciendo un trabajo con calidad", "esta reparación debe durar unos cuantos años"... Atrás quieren dejar el recuerdo malo de trabajos deficientemente ejecutados en el vial y de no pocos momentos, como los recientes, en que solo los vehículos de triple tracción y algunos "yiperos" se arriesgaban a vencer el endiablado camino, empeorado con el paso del huracán Sandy.

La reparación la emprende un colectivo del Ministerio de la Construcción en la provincia, integrado por trabajadores de la Brigada de Viviendas y del contingente Emilio Daudinot Bueno. Este vial comunica directa o indirectamente a comunidades del Realengo 18, sitio insigne de las luchas del campesinado cubano por el derecho a la tierra que trabajaban, y donde machete en mano Lino de las Mercedes Álvarez, al frente de humildes agricultores, enarboló la consigna de ¡Tierra o sangre! contra los geófagos capitalistas.

Los constructores también saben de la trascendencia económica y social de la obra que ejecutan. En San Fernando y otras comunidades cercanas como Baltasar, El Güiral, Saltadero, El Lechero, La Yúa y La Lima se cosechan considerables volúmenes de viandas (plátano, ñame, malanga, boniato, yuca), de café, frutas y granos como el maíz y el frijol, muchos de los cuales deben extraerse por ese vial.

En San Fernando funciona un hospital construido por la Revolución, al cual en estos últimos tiempos no podía acceder la ambulancia de montaña por el deterioro de la carretera, cuenta Isolina Tiope Fonseca, expresidenta de ese Consejo Popular de algo más de 3 500 habitantes, y agrega que la necesidad de mejorar el vial ha sido de manera reiterada el principal planteamiento de los electores de esa demarcación.

Lo relatado corrobora la importancia de remediar bien el camino, tarea que exige el tiro estimado de 38 mil 200 m³ de tierra de relleno desde una cantera ubicada en Bombí, a siete kilómetros de Bayate. También requiere de la perfilación, el riego de agua y la compactación.

Previamente, mediante un buldócer, trabajamos en la corrección de los huecos y zanjas que hacían el camino intransitable. Es decir, primero aseguramos el paso de los vehículos hasta San Fernando y ahora nos enfrascamos en el resto de las actividades, relata Santos Javier Compte, jefe de los constructores.

Expresa el veterano técnico que desde hace varias jornadas a los equipos disponibles se sumó una motoniveladora y un compactador (cilindro), lo cual les ha permitido incrementar el ritmo de ejecución. "Ahora no podemos hablar de problemas con el equipamiento, si algo nos afecta son los baches en el suministro de petróleo, situación que se agrava con la distancia de la cantera de tierra de relleno, tramo que aumentará en la medida en que avancemos hacia San Fernando", puntualiza.

Pero ambas dificultades —sentencia— no nos van a mellar. El combustible debe estabilizarse y si bien la cantera está lejana ella garantiza lo más importante: la calidad del mejoramiento, probado con éxito en viales aledaños.

Asegura Santos que en la corrección del tramo pantanoso de El Güiral emplearán una capa de granzón (piedras de pequeño tamaño extraídas de un río) y opina que es una lástima que la reparación actual de la carretera no incluya el tratamiento con hormigón hidráulico de la loma de Saltadero, sitio más peligroso de este camino serrano y más vulnerable a su destrucción por las correntías del agua de lluvia.

La decisión enarbolada por Santos Javier Compte para asegurar la calidad del vial, también la comparten el resto de los constructores, tal y como expresaron a este reportero el recibidor de tierra Rogelio Fáez Soto y el joven operador de motoniveladora Adrián Savón Osoria, quien heredó de su padre, Vicente Savón Milanés, el arte y la pasión de conducir ese tipo de equipo pesado.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir