Sin embargo, para el doctor Sergio Rodríguez Morales, director
del prestigioso centro, y el resto del colectivo que lo acompaña,
poseer más de 450 resultados introducidos en la práctica, y tener
generalizados en todo el país cerca de 40 clones de boniato,
plátano, banano, malanga, ñame, calabaza, pepino y papaya, más allá
de constituir un motivo de complacencia, significa nuevos
compromisos.
Continuar con la aplicación de la ciencia en la producción de
alimentos, en aras de reducir los niveles de importación que para el
próximo añó casi serán 2 000 millones de dólares por la compra de
productos que pudiéramos producir aquí, los incentiva a buscar
nuevas soluciones a ese dilema.
¿Cómo permanecer impasibles, al contemplar la multiplicación de
los precios de los alimentos en el mercado mundial, o cuando son
incumplidos muchos planes productivos por razones subjetivas, que
obligarán este año a la economía a erogar esa astronómica cifra?, se
pregunta el director de la institución villaclareña.
Ante tal realidad, solo queda trabajar sin descanso para revertir
dicha situación, y en ese empeño el Inivit está llamado a desempeñar
un rol mucho más activo, consciente de que la producción de
alimentos resulta un problema de seguridad nacional, como ha
expresado el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros,
General de Ejército Raúl Castro, asegura Sergio.
En esos bancos se encuentran los genes que permiten trabajar en
el mejoramiento de los cultivos, buscar variedades de mayor calidad
y adaptabilidad a las condiciones del país. Para tener una idea de
la trascendencia de esos resultados, baste decir que más del 70 % de
las viandas sembradas hoy en Cuba, son logradas a partir de
variedades obtenidas en el Inivit.
Sin embargo, cuesta muchísimo trabajo que esas novedades
científicas logren abrirse paso de manera definitiva entre las
diferentes formas productivas, a pesar de haber demostrado que el 50
% de los rendimientos pueden obtenerse a partir de plantar buenas
semillas, asegura el también miembro del Consejo de Estado.
"La razón fundamental radica en la carencia de una estrategia
extensionista seria, que permita llegar a cada uno de los
productores. A nuestro centro arriban cada mes decenas de
agricultores, quienes vienen ávidos de asesoramiento e ideas para
elevar los rendimientos, una señal inequívoca de que no las
conocían", expone el directivo.
Para saldar esa deuda, además de los frecuentes recorridos
realizados por todo el país y la capacitación sistemática a los
principales directivos de cada provincia y municipio, hemos
elaborado un libro titulado Instructivo Técnico para la
Producción de Semillas de Viandas, y trabajamos en la confección
de un catálogo que debe salir en el mes de marzo, donde se recogen
todas la variedades creadas por el Inivit, materiales que aspiramos
hacer llegar a la mayor cantidad de productores posibles, explica el
científico.
Otra tarea vital para la institución, al decir de su director, es
potenciar aquellas producciones capaces de sustituir importaciones,
como la yuca y el boniato, viandas que son empleadas en la
alimentación animal. "Una tonelada de yuca seca cuesta en el mercado
internacional unos 180 dólares; sin embargo, una de maíz frisa los
500, lo que nos hace razonar en la conveniencia de fomentar esos
cultivos a fin de sustituir parte del pienso importado", explica.
Añade que esa labor debe ir acompañada de una política de
estimulación económica de aquellos productores que más alimentos
alternativos utilicen; pues no parece lógico pagar igual precio por
la carne entregada por alguien que críe sus cerdos solo a base de
pienso, a otro capaz de sustituir el 50 % de ese producto por yuca o
boniato, acota Rodríguez Morales.
Los investigadores de la institución están enfrascados en
incrementar su acercamiento a las diferentes cadenas productivas,
con semillas y variedades de alto potencial productivo, tarea que
requiere de una revolución en las biofábricas, necesitadas de
vincularse más a las necesidades de cada territorio.
"Ese es uno de los caminos más cortos para lograr una
introducción acelerada de las nuevas variedades creadas por el
Inivit y otros centros", expresa Sergio, quien señala que,
precisamente esa fue la tarea orientada por Fidel cuando creó una
red de biofábricas en toda la nación.
Junto a ello, el centro labora en la creación y fomento de nuevos
clones capaces de mitigar los efectos del cambio climático, ante el
cual urge diversificar la agricultura con plantas de bajo porte, u
otras variedades en posibilidad de resistir las fuertes sequías o
huracanes como el que acaba de azotar a las provincias orientales,
entre otras consecuencias, explica el doctor Rodríguez Morales.
De igual manera, a los investigadores del Inivit corresponde, de
conjunto con otros centros como el Instituto de Biotecnología de las
Plantas de Santa Clara, concretar la obtención de una semilla de
papa cubana, con lo cual el país se ahorraría los millones de
dólares que cada año invierte en comprar esas simientes en lejanos
mercados, tarea que se encuentra en fase bien avanzada, asegura el
director del inivit.
A esos y otros retos se enfrenta hoy el Instituto de
Investigaciones en Viandas Tropicales, conscientes del
extraordinario papel que a ellos corresponde en la concreción de los
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la
Revolución, en lo que a la agricultura corresponde.