Aniversario 45 del INIVIT

Producir lo que nos cuesta trabajo traer

A nueve lustros de su fundación, el Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales asume los retos actuales que impone la agricultura cubana

Freddy Pérez Cabrera

Pudiera parecer que el Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales (Inivit), centro fundado el 14 de diciembre de 1967, estuviera satisfecho con sus relevantes logros científicos, los cuales se extienden hoy por cualquier rincón de la geografía cubana, e incluso de otros lugares del mundo.

Según Sergio Rodríguez, uno de los retos de la agricultura cubana es generalizar los resultados científicos del Inivit, a través de una eficiente labor extensionista.

Sin embargo, para el doctor Sergio Rodríguez Morales, director del prestigioso centro, y el resto del colectivo que lo acompaña, poseer más de 450 resultados introducidos en la práctica, y tener generalizados en todo el país cerca de 40 clones de boniato, plátano, banano, malanga, ñame, calabaza, pepino y papaya, más allá de constituir un motivo de complacencia, significa nuevos compromisos.

Continuar con la aplicación de la ciencia en la producción de alimentos, en aras de reducir los niveles de importación que para el próximo añó casi serán 2 000 millones de dólares por la compra de productos que pudiéramos producir aquí, los incentiva a buscar nuevas soluciones a ese dilema.

¿Cómo permanecer impasibles, al contemplar la multiplicación de los precios de los alimentos en el mercado mundial, o cuando son incumplidos muchos planes productivos por razones subjetivas, que obligarán este año a la economía a erogar esa astronómica cifra?, se pregunta el director de la institución villaclareña.

Ante tal realidad, solo queda trabajar sin descanso para revertir dicha situación, y en ese empeño el Inivit está llamado a desempeñar un rol mucho más activo, consciente de que la producción de alimentos resulta un problema de seguridad nacional, como ha expresado el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro, asegura Sergio.

Saldar el trecho existente entre la ciencia y el productor

Para orgullo de la ciencia cubana, el Inivit tiene un alto reconocimiento por contar con el principal banco de germoplasmas de plátanos y bananos de América Latina, al disponer de 345 variedades, además de poseer 130 de malanga, 650 de boniato, 500 de yuca y más de 100 de ñame.

Fotos del autorEl Inivit ha desarrollado tecnologías para la micropropagación de raíces, rizomas, tubérculos tropicales y papaya.

En esos bancos se encuentran los genes que permiten trabajar en el mejoramiento de los cultivos, buscar variedades de mayor calidad y adaptabilidad a las condiciones del país. Para tener una idea de la trascendencia de esos resultados, baste decir que más del 70 % de las viandas sembradas hoy en Cuba, son logradas a partir de variedades obtenidas en el Inivit.

Sin embargo, cuesta muchísimo trabajo que esas novedades científicas logren abrirse paso de manera definitiva entre las diferentes formas productivas, a pesar de haber demostrado que el 50 % de los rendimientos pueden obtenerse a partir de plantar buenas semillas, asegura el también miembro del Consejo de Estado.

"La razón fundamental radica en la carencia de una estrategia extensionista seria, que permita llegar a cada uno de los productores. A nuestro centro arriban cada mes decenas de agricultores, quienes vienen ávidos de asesoramiento e ideas para elevar los rendimientos, una señal inequívoca de que no las conocían", expone el directivo.

Para saldar esa deuda, además de los frecuentes recorridos realizados por todo el país y la capacitación sistemática a los principales directivos de cada provincia y municipio, hemos elaborado un libro titulado Instructivo Técnico para la Producción de Semillas de Viandas, y trabajamos en la confección de un catálogo que debe salir en el mes de marzo, donde se recogen todas la variedades creadas por el Inivit, materiales que aspiramos hacer llegar a la mayor cantidad de productores posibles, explica el científico.

Otra tarea vital para la institución, al decir de su director, es potenciar aquellas producciones capaces de sustituir importaciones, como la yuca y el boniato, viandas que son empleadas en la alimentación animal. "Una tonelada de yuca seca cuesta en el mercado internacional unos 180 dólares; sin embargo, una de maíz frisa los 500, lo que nos hace razonar en la conveniencia de fomentar esos cultivos a fin de sustituir parte del pienso importado", explica.

Añade que esa labor debe ir acompañada de una política de estimulación económica de aquellos productores que más alimentos alternativos utilicen; pues no parece lógico pagar igual precio por la carne entregada por alguien que críe sus cerdos solo a base de pienso, a otro capaz de sustituir el 50 % de ese producto por yuca o boniato, acota Rodríguez Morales.

Los investigadores de la institución están enfrascados en incrementar su acercamiento a las diferentes cadenas productivas, con semillas y variedades de alto potencial productivo, tarea que requiere de una revolución en las biofábricas, necesitadas de vincularse más a las necesidades de cada territorio.

"Ese es uno de los caminos más cortos para lograr una introducción acelerada de las nuevas variedades creadas por el Inivit y otros centros", expresa Sergio, quien señala que, precisamente esa fue la tarea orientada por Fidel cuando creó una red de biofábricas en toda la nación.

Junto a ello, el centro labora en la creación y fomento de nuevos clones capaces de mitigar los efectos del cambio climático, ante el cual urge diversificar la agricultura con plantas de bajo porte, u otras variedades en posibilidad de resistir las fuertes sequías o huracanes como el que acaba de azotar a las provincias orientales, entre otras consecuencias, explica el doctor Rodríguez Morales.

De igual manera, a los investigadores del Inivit corresponde, de conjunto con otros centros como el Instituto de Biotecnología de las Plantas de Santa Clara, concretar la obtención de una semilla de papa cubana, con lo cual el país se ahorraría los millones de dólares que cada año invierte en comprar esas simientes en lejanos mercados, tarea que se encuentra en fase bien avanzada, asegura el director del inivit.

A esos y otros retos se enfrenta hoy el Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales, conscientes del extraordinario papel que a ellos corresponde en la concreción de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, en lo que a la agricultura corresponde.

 

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