Esta vez los productores, tras subsolar el 100 % del área —algo
no común en anteriores campañas— recibieron en tiempo lo necesario
para librar una jornada a la cual se sumó la capacitación de los que
intervendrán en el proceso.
La información, del pasado 10 de diciembre, demuestra que existen
suficientes recursos para llegar a las 5 575 hectáreas planificadas
en la siembra y empezar el acopio en los días finales de febrero. Lo
demuestra tener cubierto en esa fecha el 79 % del programa
Valiosa es la confección de las llamadas libretas de campo, algo
así como "una hoja clínica" capaz de monitorear sistemáticamente ese
cultivo, llevar al día el desarrollo de las plantas y comprobar si
las cosas se hicieron en su momento sin fisuras técnicas.
De las hectáreas que deben plantarse en las seis provincias, las
empresas de Mayabeque deben aportar 1 586 hectáreas y esta provincia
ser líder absoluta en este índice.
Aunque la semilla cubana se extiende gradualmente y mejora su
calidad, todavía el grueso se importa a un precio muy elevado en el
mercado internacional.
El ingeniero José Luis Román Quesada, jefe del departamento de
viandas del Grupo Agropecuario y Forestal, del Ministerio de la
Agricultura, ponderó las virtudes de Mayabeque por el efectivo
trabajo que realizó en la preparación y selección de las mejores
tierras y en el uso de insumos como semillas, plaguicidas,
fertilizantes y otros recursos, la mayoría de importación.
Dijo que es imprescindible evitar atrasos, pues la fecha de
terminación para asegurar calidad en la siembra es el próximo día 25
de diciembre, indispensable para lograr que el país promedie como
mínimo 22 toneladas por hectárea.
El especialista concedió extrema importancia a la reactivación
del Grupo Nacional de Papa y su estructura en cada una de las
provincias.
Forman este equipo multidisciplinario, técnicos e investigadores
de varios organismos e instituciones que ponen su experiencia en
aras de lograr altos rendimientos en la papa en menor área física
plantada que en la campaña anterior.
Ciego de Ávila y Matanzas están después de Mayabeque, con una
planificación ligeramente superior a las mil hectáreas. Les siguen,
en orden, Artemisa, Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus, que
oscilan entre 900 y 113 hectáreas.
En las seis provincias paperas se aprovecharon las tierras que,
por sus antecedentes, son las más productivas, así como se sembraron
otros cultivos en los suelos de pobres resultados en esta exigente
vianda.
Para ser otra vez la más productora, Mayabeque pone especial
énfasis en Batabanó, guía de la provincia, con casi 400 hectáreas.