Poesía desde el centro de la Isla

MADELEINE SAUTIE RODRIGUEZ

En Villa Clara se cultiva la poesía con propiedad, tino y profundidad. Coexisten tradición y actualidad. De ahí que César López, Premio nacional de Literatura y siempre con ojo avizor en la promoción de los talentos líricos de la isla, residan donde residan, haya traído a la capital en días pasados a sólidos exponentes del movimiento poético villaclareño.

Foto: Jorge Luis GonzálezEl laureado poeta César López introdujo en una tertulia capitalina a valiosos exponentes de la lírica cubana residentes en Villa Clara: a su derecha, Jorge Ángel Hernández Pérez; a su izquierda Yamil Díaz Gómez y Arístides Vega Chapú. 

Yamil Díaz fue uno de ellos. En su producción destaca un grupo de poemas escritos para rendir homenaje a la poesía de José Martí, en los cuales los lectores reconocen palabras, ademanes y versos martianos empleados con toda intención en sonetos como El Delegado escucha una canción de cuna, Solo el amor engendra melodías y Una copa con alas; y en el romancillo De qué tamaño es el cielo, dedicado "a cualquier Ismaelillo".

También los Versos sencillos quedaron contemplados en el tributo a la palabra martiana con el sugestivo poema Para Eva: "Si me acaricias la sien/ Oh, Patria te nombro Eva/ y eres mano que me lleva por las calles del Edén (... ) Oh, Patria, tú me ofreciste/ Bajo el árbol del asombro/ Llevar este pueblo al hombro/ Ser Adán de un pueblo triste./ El nombre, fruta sagrada, Nos marca, quién no lo sabe/ Pues Eva al revés es ave/, Y Adán al revés es nada!".

Jorge Ángel Hernández Pérez continuó la ronda de versos con poemas entre los que se destacaron Propiedad de la carroña y Palabras en mi puerta, este último, en prosa y pertrechado de adherencias intertextuales, que lo unen "también en lo literario" a ese amigo entrañable que para él es César López.

"Sentado en mi puerta no he de ver el cadáver de mi enemigo en su cortejo; no he de ver tampoco la blanca cara en que se viste su obituario ni he de ver siquiera a mi enemigo mismo. (... ) Mi enemigo soy yo, sentado ante mi puerta, sabedor de que nunca veré cómo el cortejo adelanta el cadáver de mi cuerpo. Me sentaré a mi puerta, en fin, a no verme pasar nunca en la muerte."

Completó la triada Arístides Vega Chapú, de cuya selección de textos, entre ellos, Reflexionar a solas y Camino a casa, es también Anticipándome al amanecer: "No todos los sueños predicen (... ) Prefiero la vigilia, escuchar el tenaz sonido de los trenes que se enfrentan en la noche.(... ) Amo a la mujer que está a mi lado, es asidero en este instante en que la madrugada me hace creer que soy el único testigo de ese esplendor."

Los poetas villaclareños adelantaron algunos de sus actuales proyectos: Vega Chapú escribe una novela a la que la gracia de haber sido abuelo por estos días, le dará un buen impulso; Hernández termina el ensayo Estado, ideología y transición social y Díaz batalla por publicar una antología de décimas populares picarescas en su mayoría anónimas: "Creo que es necesario que se rompa esa hipocresía de que nos parezca indigno del papel aquello con lo que gozamos".

 

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