Yamil Díaz fue uno de ellos. En su producción destaca un grupo de
poemas escritos para rendir homenaje a la poesía de José Martí, en
los cuales los lectores reconocen palabras, ademanes y versos
martianos empleados con toda intención en sonetos como El
Delegado escucha una canción de cuna, Solo el amor engendra
melodías y Una copa con alas; y en el romancillo De
qué tamaño es el cielo, dedicado "a cualquier Ismaelillo".
También los Versos sencillos quedaron contemplados en el
tributo a la palabra martiana con el sugestivo poema Para Eva:
"Si me acaricias la sien/ Oh, Patria te nombro Eva/ y eres mano que
me lleva por las calles del Edén (... ) Oh, Patria, tú me ofreciste/
Bajo el árbol del asombro/ Llevar este pueblo al hombro/ Ser Adán de
un pueblo triste./ El nombre, fruta sagrada, Nos marca, quién no lo
sabe/ Pues Eva al revés es ave/, Y Adán al revés es nada!".
Jorge Ángel Hernández Pérez continuó la ronda de versos con
poemas entre los que se destacaron Propiedad de la carroña y
Palabras en mi puerta, este último, en prosa y pertrechado de
adherencias intertextuales, que lo unen "también en lo literario" a
ese amigo entrañable que para él es César López.
"Sentado en mi puerta no he de ver el cadáver de mi enemigo en su
cortejo; no he de ver tampoco la blanca cara en que se viste su
obituario ni he de ver siquiera a mi enemigo mismo. (... ) Mi
enemigo soy yo, sentado ante mi puerta, sabedor de que nunca veré
cómo el cortejo adelanta el cadáver de mi cuerpo. Me sentaré a mi
puerta, en fin, a no verme pasar nunca en la muerte."
Completó la triada Arístides Vega Chapú, de cuya selección de
textos, entre ellos, Reflexionar a solas y Camino a casa,
es también Anticipándome al amanecer: "No todos los sueños
predicen (... ) Prefiero la vigilia, escuchar el tenaz sonido de los
trenes que se enfrentan en la noche.(... ) Amo a la mujer que está a
mi lado, es asidero en este instante en que la madrugada me hace
creer que soy el único testigo de ese esplendor."
Los poetas villaclareños adelantaron algunos de sus actuales
proyectos: Vega Chapú escribe una novela a la que la gracia de haber
sido abuelo por estos días, le dará un buen impulso; Hernández
termina el ensayo Estado, ideología y transición social y
Díaz batalla por publicar una antología de décimas populares
picarescas en su mayoría anónimas: "Creo que es necesario que se
rompa esa hipocresía de que nos parezca indigno del papel aquello
con lo que gozamos".