Uso de medicamentos y conducción de vehículos

JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu

Aunque es un hecho conocido que los accidentes del tránsito tienen un origen multicausal, una especialista en Farmacología nos invita en esta oportunidad a "repasar" lo que califica de "asignatura pendiente" en el abordaje de este importante tema: el uso de medicamentos y la conducción de vehículos.

La doctora Giset Jiménez López indica que una amplia gama de sustancias pueden afectar las capacidades psicomotoras, que incluyen el tiempo de reacción y la coordinación mano-ojo, y también las cognitivas que intervienen en la toma de decisiones adecuadas, necesarias ambas para una conducción segura.

Los mecanismos generales a través de los cuales un determinado fármaco podría afectar al conductor, pueden ser la somnolencia o efecto sedante (las personas se duermen manejando), reducción de los reflejos y aumento del tiempo de reacción, alteración de la percepción de las distancias y de la vista o la audición, estados de confusión y aturdimiento y, asimismo, trastornos musculares de carácter agudo, como espasmos, calambres y la incoordinación motora.

Los medicamentos con mayores efectos negativos sobre la capacidad de conducción son los utilizados para tratar la ansiedad, la depresión, los empleados para producir relajación muscular y los antihistamínicos, entre otros.

Ahondando en su análisis dice que los sedantes reducen la ansiedad y la agresividad, inducen el sueño, reducen el tono muscular y la coordinación motora. Todas estas acciones inciden en la capacidad de reacción y en los reflejos del paciente, por lo que afectan directamente la conducción. Cuando se utilizan en dosis elevadas, producen efectos comparables a los de una intoxicación alcohólica.

Los antidepresivos actúan a nivel del sistema nervioso para recuperar el humor del paciente deprimido y, como presentan propiedades desinhibidoras y efecto sedante, provocan cansancio, torpeza e inseguridad, llegando a producir dificultad de concentración y pensamiento si el consumo se alarga en el tiempo.

Los relajantes musculares tienen un efecto directo sobre la capacidad de conducción, al igual que aquellos utilizados en el tratamiento de la psicosis.

Al referirse a los antihistamínicos dice que se relacionan con la sedación y, por tanto, disminuyen los reflejos necesarios para conducir sin peligro.

En cuanto a los pacientes diabéticos que son tratados con un hipoglucemiante oral o con insulina, alerta de que tienen más riesgos de sufrir un accidente si presentan un episodio de hipoglucemia durante la conducción.

¿Recomendaciones generales? En estos casos, dice la especialista, se centran en no automedicarse, ni siquiera variar el horario de ingestión de la dosis sin previa consulta médica, leer el prospecto que acompaña al fármaco y consultar siempre al especialista los efectos específicos de sus indicaciones sobre la capacidad para conducir un vehículo automotor.

"Es esencial evitar la administración simultánea de medicamentos para impedir interacciones y nunca consumir alcohol para conducir", subraya la profesora Jiménez López, quien se desempeña en la Dirección Nacional de Medicamentos y Tecnologías Médicas, del Ministerio de Salud Pública.

 

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