El
Pentágono reconoció que el avión sin tripulación (drone) capturado
por Irán es un Scan Eagle de sus fuerzas militares, a pesar de que
en una declaración anterior las autoridades estadounidenses trataron
de negarlo.
El 4 de diciembre pasado, funcionarios iraníes reportaron que sus
fuerzas navales capturaron ese artefacto que cumplía misiones de
espionaje sobre la isla de Khark, en la costa sur del país, en el
Golfo Pérsico.
"No puedo descartar la posibilidad de que en algún momento en el
pasado, un Scan Eagle haya caído en el Golfo Pérsico y haya sido
recogido", pero no se puede determinar con precisión si ese aparato
era de Estados Unidos o de algún otro país, señaló el vocero del
Departamento de Defensa, George Little.
Esa fue la mejor forma que encontró Little para reconocer el
hecho, pero de inmediato trató de restarle importancia a esta
captura, y consideró poco probable que los iraníes puedan obtener
algún tipo de información valiosa sobre el aparato, porque este es
"relativamente poco sofisticado".
Sin embargo, inicialmente el Gobierno norteamericano negó las
aseveraciones de las autoridades iraníes y en ese sentido, el
secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo el 4 de
diciembre que "no existen evidencias de que lo declarado por Teherán
sea cierto".
Ese mismo día un vocero de la Marina de Guerra norteamericana
aseguró que ese mando hizo un conteo total de todos sus vehículos
aéreos no tripulados que operan en la región de Oriente Medio y no
faltaba ninguno.
El Scan Eagle, fabricado por la Compañía Boeing, pesa 18
kilogramos y tiene tres metros de envergadura, -el ancho desde una
punta a otra de sus alas-.
En diciembre de 2011 una unidad de lucha radioelectrónica del
país persa capturó un RQ-170 conocido como Kandahar Beast, que
cumplía misiones de espionaje sobre instalaciones energéticas en el
sureste de Irán, recuerdan medios de prensa.
Estados Unidos y sus aliados mantienen un conflicto con el
gobierno de Teherán, al que acusan de desarrollar investigaciones
nucleares con fines militares, pero el país persa asegura que el
programa es con objetivos pacíficos.
Especialistas señalan que la captura de este y otros drones
estadounidenses en territorio iraní pone en evidencia, una vez más,
la ilegalidad de las acciones de espionaje de Washington en Oriente
Medio, en este caso una acción hostil adicional contra el gobierno
de Teherán, sometido a fuertes sanciones por Estados Unidos y sus
aliados.
Además del carácter ilegal de estas acciones, los drones
constituyen un peligro para la seguridad de la aeronavegación a
nivel internacional. Un informe oficial de la Fuerza Aérea de
Estados Unidos reconoció recientemente que estos artefactos causan
accidentes y dificultan el tráfico aéreo en aeropuertos civiles de
otros países.
A principios del presente mes el congresista demócrata por el
estado de Ohio, Dennis Kucinich, solicitó apoyo al legislativo para
obligar a la Casa Blanca a que publique su basamento legal,
mantenido en secreto, para el empleo de drones en el exterior sobre
el uso de estas aeronaves para el asesinato selectivo de adversarios
de Washington en ultramar.
El empleo de los drones por parte de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) y las fuerzas armadas norteamericanas provocó
fuertes protestas en los últimos años.
De 2004 a la fecha, Estados Unidos ha realizado más de 350
ataques con drones, que ocasionaron alrededor de mil 900 víctimas
fatales, la mayoría en la frontera entre Pakistán y Afganistán. Más
del 90 por ciento de esos golpes se realizaron bajo la
administración del presidente Barack Obama.