Vísperas de la Convención Internacional de Salud

Niñas y niños sufren de hipertensión arterial

JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu

El que la hipertensión arterial en la infancia pueda provocar en la adultez, incluso temprana, consecuencias cardiovasculares, neurológicas y renales, la ubica como "un problema de salud", dijo el doctor René Llapur Milián, miembro de la Comisión Nacional Asesora de Hipertensión Arterial del Ministerio de Salud Pública, sobre un tema que será abordado en sus diversas aristas en la Convención Internacional de Salud que se inaugura el 3 de diciembre en La Habana.

Foto: otmaro rodríguez La realización de ejercicios físicos aerobios ayuda al control de la hipertensión.

La hipertensión que con mayor frecuencia se presenta en la niñez y adolescencia es la esencial o primaria, dada por factores genéticos y ambientales, y sobre todo, por el incremento de los estilos de vida inadecuados, entre ellos el consumo de comida chatarra, rica en sal, grasas saturadas y azúcares que propician la obesidad, a lo que se une la escasa realización de ejercicios físicos.

No obstante lo señalado, precisa el entrevistado, siempre hay que descartar una causa secundaria debida a una afectación renal, cardiovascular o endocrina.

En Cuba no se han realizado estudios poblacionales de cuantía que permitan determinar la prevalencia real de esta enfermedad en los niños, solamente estudios que abarcan escuelas de nivel primario y secundario con cifras similares a las de otros países: alrededor de un 3 a un 5 %, y en otras investigaciones hasta un 10 %.

Al referirse a los valores de tensión arterial en la infancia, que debe ser tomada como mínimo anualmente a partir de los tres años de edad, el especialista en Pediatría señala que la presión en los niños no tiene un límite fijo como en el adulto, sino que varía de acuerdo con la edad, sexo y talla y existen para su evaluación valores de referencia que aparecen en tablas.

Es importante conocer —alerta a la familia— que muchas veces los niños hipertensos son asintomáticos, no se quejan de ningún síntoma. De ahí la necesidad que la toma de la presión arterial sea un procedimiento de rutina en el examen físico del niño. Algunos, dice, pueden presentar dolor de cabeza, rubicundez de cara y orejas, sangramiento por la nariz.

El doctor Llapur, profesor auxiliar y consultante del hospital Pediátrico de Centro Habana, indica que existen dos pilares en el tratamiento: el no farmacológico, con modificaciones en los estilos de vida; consiste en la prescripción de una dieta baja de sal, grasas y azúcares, la necesidad de comer frutas y vegetales que son fuente de vitaminas y minerales y realizar ejercicios físicos aerobios durante 30 minutos de cuatro a cinco veces por semana. El más recomendado y asequible es caminar.

Con estas medidas, y de acuerdo con la experiencia de nuestro entrevistado, se controlan aproximadamente las dos terceras partes de los niños hipertensos.

El segundo pilar es el tratamiento farmacológico, que se instaura si los pacientes no responden a las modificaciones en los estilos de vida, tienen cifras de hipertensión severa o algún órgano dañado por la hipertensión.

El especialista sustenta que es a la familia a quien corresponde, con las medidas señaladas, el enfrentamiento en la infancia de la hipertensión arterial. No es una indicación exclusiva para el niño, subraya, sino una labor colectiva y sistemática de apoyo.

No queda duda de que lo principal seguirá siendo la prevención. Si desde las primeras etapas de la vida se practican estilos de vida saludables, donde la alimentación y la actividad física desempeñen un papel fundamental, se evitarán no pocas enfermedades en la infancia y la adultez.

 

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