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Central Primero de Enero
Comunión de esfuerzos para una arrancada
Ortelio González
Martínez
PRIMERO DE ENERO, Ciego de Ávila.— Cuando hace dos zafras el
pitazo sonó por última vez y el humo se hizo invisible, nadie pensó
que el central Primero de Enero, en esta provincia, volvería a la
actividad en tan poco tiempo.
Ramón
(izquierda) y Adalberto aseguran que no hay tiempo para el descanso.
Muchos en el pueblo, incluidos trabajadores del sector, pensaron
que la paralización podría alargarse indefinidamente, dado el alto
grado de deterioro de la base energética y gran consumo de
electricidad que obligó a detener el andamiaje productivo.
ANTES DEL COMIENZO
La arrancada, prevista para el próximo 18 de enero, como
reconocen algunos de sus trabajadores, no será tarea fácil. No
obstante, otros aires soplan desde que se supo que el ingenio se
incorporaría a la nómina moledora.
Hombres, mujeres, veteranos azucareros, jóvenes, trabajadores de
otras provincias, hasta sumar más de 400 personas, dan vida al
central y al mayor proceso inversionista integral de su historia.
De acuerdo con Amaury Palmer Pérez, director de la Unidad
Empresarial de Base, este año serán invertidos más de 12 millones de
pesos, de ellos una parte en divisa, en la industria y en otros
proyectos indispensables para la puesta en marcha de la próxima
zafra.
"Los principales esfuerzos están dirigidos al montaje de una
caldera de 60 toneladas de vapor, y de un molino Hamilton, que
sustituirá a una unidad Fulton en la búsqueda de más capacidad de
molida; la mecanización de la casa de bagazo, la ampliación del área
de basculador para incrementar el tiro directo de la caña y la
reconstrucción de un tanque para almacenar miel.
"Las inversiones en su conjunto posibilitarán moler 4 600
toneladas cada 24 horas. Aunque la norma potencial se nos planificó
al 65 %, trataremos de superar esa cifra", comenta.
Todavía existen atrasos en la llegada de algunos recursos, pero
Palmer da por sentado que el 20 de diciembre realizarán el Ejercicio
Integral de Zafra y el 8 de enero la prueba que deberá dar luz verde
al inicio de la molienda el 18.
Es notable el empeño para que nada entorpezca el trabajo durante
los 97 días de zafra. De ahí que la mayoría del personal, con
énfasis en aquellos que ocuparán los llamados puestos claves,
reciban la capacitación para evitar los pasos en falso que pudieran
malograr el esfuerzo de la etapa previa a la molida.
DE TRABAJO Y ABNEGACIÓN
En un sondeo realizado por Granma, algunos trabajadores
reconocieron que la demora de los recursos para la reparación de una
de las calderas podría resultar perjudicial para la arrancada.
"No obstante, no hay tiempo para el descanso y laboramos jornadas
de hasta 16 horas. Si de nuestro esfuerzo depende, en el tiempo
previsto la chimenea volverá a echar el humo que todos quieren
volver a ver en el municipio", comenta Ramón Lorenzo Sánchez
mientras rellena una de las coronas que será empleada en el molino
Hamilton.
Tanto esfuerzo compartido habita en el central, que ni el
mismísimo huracán Sandy que recientemente azotó a las provincias
orientales, pudo detener la labor de los hombres de una brigada
perteneciente a la Empresas de Servicios Técnicos a la Industria (ZETI),
de la sucursal de Santiago de Cuba.
Edgardo de la Torre Fabá, al frente del colectivo, explica que el
ciclón afectó las viviendas de cinco de sus hombres, pero tan pronto
como cesaron los vientos, tres de ellos regresaron para laborar en
áreas de la casa de caldera y en la de bagazo.
Uno de los que volvió casi con los últimos aires de Sandy fue
Cándido Guiel Elías: "A mi casa, en Palmarito del Cauto, el ciclón
le llevó el techo, pero enseguida dejé aquello en orden y aquí
estoy, listo para lo que haga falta", asevera con la misma
determinación con que a los 62 años desafía los 12 metros de altura
para enganchar los diferenciales. Son voluntades que cohabitan, con
el único objetivo de que los recursos y el trabajo invertidos,
perduren y permitan la arrancada en tiempo. |