Vísperas de la Convención Internacional de Salud

Aterosclerosis: uno de los problemas de salud más importantes del siglo XXI

José A. de la Osa
delaosa@granma.cip.cu

La aterosclerosis forma parte de la agenda científica de la Convención Internacional de Salud que tendrá lugar en La Habana del 3 al 7 del entrante mes de diciembre. Previo a ese magno evento abrimos una interrogación a un experto en el tema: ¿Es ciertamente esa enfermedad un verdadero problema sanitario mundial?

"Es la primera causa de mortalidad, de ingresos hospitalarios, de incapacidad e invalidez y de pérdida de la calidad de vida; por lo tanto, diría que es uno de los problemas de salud más importantes del siglo XXI", afirma el Doctor en Ciencias José Emilio Fernández-Britto, director del Centro de Investigaciones y Referencias de Aterosclerosis de La Habana.

Y agrega sin transición: La integran dos grandes grupos de enfermedades: uno, los llamados factores de riesgo ateroscleróticos (hipertensión, tabaquismo, diabetes, obesidad), y el otro las consecuencias que de ella derivan: muerte súbita, infarto del corazón, apoplejía o ictus, fundamentalmente.

Como sabemos, la aterosclerosis es una enfermedad del metabolismo general que se caracteriza porque afecta las arterias, que se obstruyen y disminuye la cantidad de sangre que llega a los órganos vitales, como el corazón y el cerebro.

El doctor Fernández-Britto indica que en el desarrollo de esta entidad intervienen factores genéticos, alimentarios y ambientales, aunque existen otros que aún se ignoran. Y algo muy importante: es que se inicia con el origen de la vida, cuando los padres ya padecen de alguno de los factores de riesgo heredables como la diabetes y la hipertensión, por lo que desde la niñez hay que pensar en prevenir la aterosclerosis. El especialista asegura que hay manifestaciones que permiten "sospechar" que la aterosclerosis está progresando, y cita entre ellas el valor de la presión arterial y de ciertas grasas y otras sustancias en sangre, el exceso de peso corporal.

Las vías de prevención e incluso la posibilidad de retardar su avance, dice, son sencillas y al alcance de todos. No fumar, hacer actividad física diaria de manera programada, vigilar y seguir una dieta balanceada con poca grasa, azúcar y sal, y aprender a controlar el estrés que nos impone la vida diaria.

 

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