También le agrada manipular las cerezas y las ramas de los
cafetos entre los que ha transcurrido su vida. Tales son sus
conocimientos sobre el cultivo de estos arbustos, que hoy es la
administradora de la Finca Especializada en la Producción de
Semillas de Café, unidad que forma parte de la Empresa Agropecuaria
Sagua.
Este es el único banco de semillas del territorio holguinero,
asegura sin apartarse de la zaranda donde revisa granos de la
variedad Arábiga. "Los productores lo compran mucho porque es
grande, tiene buenos rendimientos y no se gotea fácilmente cuando
está listo para recoger. Al madurar, tiene un color rojo muy
agradable".
Pero no es el único grano que ofertan, porque a disposición de
los interesados están 12 tipos más, describe esta mujer que comenzó
como trabajadora agrícola y alcanzó, entre faenas, el título de
Técnico de nivel medio en Agronomía, hasta convertirse en una
destacada especialista del cultivo.
La finca, atendida por otras tres mujeres y cuatro hombres, posee
diez hectáreas en explotación y ocho en desarrollo. Marlene
Fernández reconoce que no les sobra el tiempo, pero están
organizados, motivo por el que cumplen las tareas con buenos
resultados económicos.
Preparar los granos no es asunto fácil. Solo toman las cerezas
maduras y pintonas de las varetas del centro de cada cafeto, las
cuales hay que procesar en la despulpadora antes de concluir las
seis horas posteriores a la recogida.
"Si en el mismo día despulpamos dos tipos de semilla, el trabajo
es más complejo. Las normas técnicas exigen que al terminar con la
primera, se limpie cuidadosamente la maquinaria, para evitar mezclas
de granos".
Posteriormente, estos van a un depósito de fermentación hasta que
pierden el mucílago (sustancia gelatinosa que los cubre), luego
llegan a un tanque de lavado y de aquí a la nave de secado, donde
reposan en las zarandas, acariciados por el aire.
Son muchas operaciones, pero el esfuerzo vale la pena, comenta la
dinámica administradora, quien asegura sentir placer cuando la
Planta de Beneficio a la que entregan la producción les informa,
como ocurrió recientemente, sobre las solicitudes de caficultores de
otras provincias, entre ellos los guantanameros, interesados en
adquirir varios quintales del Arábiga.
"Aquí no se descansa. Al otro día de la recogida de los granos
seleccionados para semilla, volvemos a las plantas y acopiamos el
resto, que procesamos como un productor normal de café", explica.
Cuando culmina el periodo de cosecha, se concentran en las
atenciones culturales a las plantaciones (limpia, poda, deshije,
etc.), situación nada anómala, porque están habituados al
multioficio.
"Dedicamos muchas horas al saneamiento. Para combatir la broca
recogemos los granos caídos y hemos aplicado en las 18 hectáreas
diferentes medios biológicos", señala, para añadir que
constantemente son inspeccionados por especialistas de Sanidad
Vegetal.
Después del paso del huracán Sandy el colectivo ratificó su
grueso calibre, porque se sumó a los miembros de la brigada que le
envió la empresa, con el objetivo de restablecer los techos de la
despulpadora y la nave de secado. A la par, eliminaron las ramas
dañadas de los cafetos y realizaron un serio diagnóstico de las
plantaciones para determinar la estrategia a seguir en los próximos
meses.
Un objetivo inmediato es asegurar más de 24 quintales de semillas
certificadas de las variedades Arábigo y Robusta, detalla Marlene,
quien aclara que el café y su aroma están impregnados en la familia.
"Lo digo por mis hermanos. Manuel trabaja conmigo, es el operador de
la despulpadora y también atiende el secadero; mientras que Osmanis
es parte de la dirección de la Empresa, en Sagua. Y mi madre, Enma
Palacio, se jubiló aquí, después de muchos años de labor, durante
los cuales fue Vanguardia Nacional del sector".
Cuando el equipo de prensa está a punto de abandonar la finca,
aparece Enma. Dice que padece una cardiopatía pero no puede dejar de
recoger, voluntariamente, cinco o seis latas de café al día en
tiempos de cosecha. Ríe contagiosamente, lanza sentencias típicas de
la zona y ofrece consejos para enfrentar adversidades.
Como dicen en estas lomas: "De tal palo, tales astillas".