El colectivo de la Empresa Integral de Servicios Automotores (EISA)
José Smith Comas, de Camagüey, asumió la tarea, convencido de su
alcance para avanzar de manera gradual en un asunto que acapara hoy,
buena parte de las insatisfacciones de la población.
"Nos corresponde enfrentar, junto a otras empresas del sector, la
reconstrucción general de los equipos que envía el Ministerio del
Transporte, tras ser paralizados por su avanzado estado de
deterioro", explica el ingeniero Lexy Bermúdez Arzola, director
general de la EISA camagüeyana.
Los primeros camiones entraron a la planta a finales de agosto y
ya se han enviado diez equipos terminados a la Empresa Conformadora
de Metales (COMEC), ubicada en Guanajay, Artemisa, donde se les
monta el furgón para pasajeros y se les da el acabado final, antes
de su distribución a los diferentes territorios.
"Una vez reconstruidos de manera capital, aclara Bermúdez, los
vehículos pasan la Revisión Técnica Automotor y se les verifican los
parámetros de la prueba de carretera. Debemos garantizar la calidad
y que los equipos salgan sin problemas de los talleres. En noviembre
debemos entregar ocho y una cifra similar en diciembre".
Con más de 40 años en la José Smith Comas, Rodolfo Piñeiro
Tornavaca no pierde un detalle de lo que a diario acontece en la
Unidad de Reparación Automotor que dirige, pues cualquier
interrupción, por pequeña que parezca, puede frustrar los propósitos
productivos del colectivo.
"Esto siempre está lleno", anuncia, y muestra las hileras de
camiones ZIL-130, GAZ-53 y ómnibus Girón, que se atienden de manera
simultánea en el espacioso local por un pequeño ejército de 42
mecánicos, ayudantes, chapisteros y electricistas, cada uno inmerso
en su trabajo específico hasta que el carro sale del taller.
"Para el programa de mejoramiento de la transportación de
pasajeros, señala Piñeiro, están destinados los camiones ZIL-130.
Aquel, el pintado de azul, fue el último en terminarse. Solo le
falta el tapizado de la cabina para que quede totalmente nuevo. Como
ese, estamos prestos a hacer todo lo que venga".
Criterio similar comparte Rigoberto Prieto Mola, mecánico A,
mientras instala un motor chino Yuchai, de cuatro cilindros, que
emplea como combustible diésel en lugar de gasolina:
"Aquí no solo se cambia el motor. La reconstrucción incluye la
cabina, las instalaciones eléctricas, el radiador, la caja de
velocidad, la transmisión, la dirección, el montaje de neumáticos
nuevos, chapistería y pintura. Es decir, sale prácticamente con todo
y caminando".
¿Alguna queja hasta ahora?
"Ninguna. Para evitarlas nos empeñamos todos. Fíjese si es así,
que primero son verificados aquí por una comisión que controla la
calidad, luego los pasan por el ‘somatón’ y hasta el momento han
salido en perfectas condiciones".
Cumplir esa nueva meta, al decir de Lexy Bermúdez Arzola,
director general de la EISA José Smith Comas, constituirá otro
motivo más para afirmar que este será un buen año para la entidad:
"Terminaremos el actual calendario con las ventas totales por
encima de los 15 millones de pesos y ya, al cierre de noviembre,
cumpliremos el plan anual de 148 equipos a remotorizar y
reconstruir".