Tras sortear con éxito el enorme reto que significó para su
colectivo diseñar tecnologías propias, que permitieran a Cuba
incursionar en un sector dominado por un reducido número de grandes
empresas radicadas en naciones altamente industrializadas, la
entidad devino en una pujante institución científica y de servicios
altamente especializados.
Ubicada en el habanero municipio de Boyeros, ocupa un área de 132
hectáreas, con 32 conjuntos de obra. Asimismo, dispone de
instalaciones de elevada complejidad, que incluyen dieciocho salas
blancas, 98 aisladores, 31 autoclave y 85 autómatas programables, la
mayoría salida de la inventiva de sus ingenieros y técnicos.
Como explica el doctor Miguel Ángel Esquivel, director de
Informática y Comunicaciones, CENPALAB produce más de una docena de
las principales especies, razas y líneas de animales de laboratorio
con fines investigativos diversos (incluyen roedores, primates,
perros, ovejos, y conejos), además de otras de interés nacional.
Sus principales usuarios son las entidades vinculadas a la
biotecnología y la industria farmacéutica, el sector veterinario y
diferentes Organismos de la Administración Central del Estado.
Fabrica, además, más de cien fórmulas diferentes de alimentos
concentrados, destinados no solo al sustento de los contenidos en
ese grupo, sino también para mascotas y ejemplares de valor
comercial. Para ello cuenta con una fábrica de pienso capaz de
producir alrededor de 3 000 toneladas anuales, cuyo nivel de
automatización llega al 90 %.
Una de las líneas principales es la obtención de bioproductos.
Dentro de ese perfil vale destacar la producción industrial de
líquido ascítico de origen murino, empleado en la elaboración de
vacunas como la de la Hepatitis B y de anticuerpos monoclonales
terapéuticos y de diagnóstico.
Según precisó a Granma la doctora Teresa Figueroa Barrios,
jefa de la Dirección de Biotecnología, desde 1996 a la fecha esa
área obtuvo varios productos que han constituido importantes rubros
exportables para la institución. Tal es el caso de la vacuna
preventiva contra el Parvovirus canino, y la Gamma Hiperinmune,
dirigida al tratamiento de la citada enfermedad en perros.
Igualmente aportan kits diagnósticos enfocados a la
detección de alrededor de veinte padecimientos provocados por virus,
bacterias y parásitos, lo cual representa una garantía a la hora de
certificar el estado de salud de los animales de laboratorio.
Más allá de tan estimulantes resultados de la actividad
investigativa y productiva, CENPALAB brinda una amplia lista de
servicios científico-técnicos de notable valor.
En opinión de la doctora Ileana Sosa, quien dirige el Centro de
Toxicología Experimental, resaltan entre ellos las pruebas dirigidas
a evaluar en los modelos animales el riesgo y beneficio de aquellas
moléculas y componentes de una nueva vacuna o fármaco, o de
sustancias de origen natural, químico y biotecnológico, con
potencial aplicación para enfrentar diversas enfermedades.
Lo anterior es un requisito de obligatorio cumplimiento antes de
pasar a las demás fases que conducen al registro sanitario, y
posterior empleo a gran escala de cualquier medicamento y producto
biofarmacéutico.
Verdadero paradigma de la innovación tecnológica, CENPALAB
atesora una larga experiencia en la fabricación de aisladores,
puertas herméticas y demás elementos de barreras, utilizados en la
protección segura de salas especializadas y vivarios.
También ha incursionado en el diseño de avanzados sistemas
automatizados para diferentes actividades agrícolas e industriales,
relación donde sobresalen los destinados al control automático de la
altura de corte en cosechadoras de caña (lamentablemente apenas se
utilizan hoy, a pesar de los promisorios resultados en las pruebas
de campo), y de la profundidad adecuada en la preparación de
tierras.
A tono con lo planteado en los lineamientos aprobados por el
Sexto Congreso del Partido en materia de política de ciencia,
tecnología, innovación y medio ambiente, el centro aspira a que sus
resultados respondan cada vez a las necesidades de la economía y la
sociedad. Se trata, sin duda, de un empeño impostergable.