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Producción de paneles solares
Multiplicar ahorro y energía
RONALD SUÁREZ RIVAS
Ante un pedido sin precedente, que la obligará a establecer tres
turnos diarios de
.trabajo
para laborar las 24 horas, la unidad de energía fotovoltaica de la
Empresa de Componentes Electrónicos Ernesto Che Guevara, en Pinar
del Río, se apresta para asumir durante los próximos 14 meses una
producción superior a la registrada en los últimos diez años.
En
la planta se logra una amplia gama de formatos, que van desde los
dos watts hasta los 240.
Ello implicará la fabricación de más de 50 mil paneles solares
con una capacidad de generación de 11 megawatts pico (MWp), en lo
que resta del 2012 y todo el 2013.
La meta no puede ser más ambiciosa, teniendo en cuenta que desde
su fundación, hace poco más de una década, la producción total de la
planta apenas llega a los 8,7 MWp.
No obstante, los especialistas aseguran que no se trata de un
propósito inalcanzable. "El equipamiento con que contamos permite
lograr esa cantidad", afirma el ingeniero Yoandry León, director de
la Unidad Empresarial de Base (UEB).
La
vida útil de los módulos fotovoltaicos oscila entre los 20 y los 25
años.
Según el funcionario, toda la producción estará dirigida a la
Unión Eléctrica y tendrá el propósito de inyectar energía al
sistema.
PERSPECTIVAS MUY FAVORABLES
Para la industria pinareña, cuyo aporte ha sido decisivo para
impulsar programas de electrificación rural en nuestro país,
significa un importante paso de avance.
"Debido a los costos de las materias primas, el empleo de la
energía solar durante mucho tiempo estuvo limitado a las zonas más
apartadas, donde resultaba muy difícil acceder con los tendidos,
pero eso ha ido cambiando.
Un
riguroso control de calidad asegura que a los diez años de
explotación, los paneles conservarán el 90 % de la potencia nominal.
"A nivel mundial, la necesidad de desarrollar fuentes
alternativas ha hecho que se incrementen sus aplicaciones, llegando
a usarse para generar a gran escala con el propósito de alimentar
las redes eléctricas", explica León.
Se trata de una experiencia que busca reducir la dependencia de
los combustibles fósiles, cada vez más costosos y escasos.
Desde el punto de vista económico, las perspectivas son muy
favorables. "Los estudios realizados indican que, por concepto de
ahorro de combustible, el costo de producción de un módulo
fotovoltaico se recupera al cabo de cinco o seis años.
"Como su vida útil oscila entre los 20 y los 25 años, después de
amortizar los gastos de fabricación, estos equipos continuarán
aportando energía limpia y sin costo alguno durante tres o cuatro
lustros", añade el directivo.
EL ORIGEN
El ensamblaje de paneles solares se inició en la Empresa de
Componentes Electrónicos en el 2001, con parte del equipamiento
concebido por sus propios especialistas y una capacidad muy
reducida.
"Era un proceso prácticamente artesanal, que apenas permitía
llegar a un MWp anual", recuerda el director de la UEB. Una
situación que ha variado con el tiempo, gracias a la introducción de
una línea de soldadura automática, unida a innovaciones que han
hecho posible la adaptación de la tecnología a los cambios que
ocurren a nivel internacional.
"Entre ellas, se incluyen la fabricación de un grupo de medios,
como las líneas de ensamblaje y de limpieza, y también la
modificación del equipamiento, que va quedando obsoleto y no da
respuesta a los requerimientos actuales de la producción.
"Ese es el caso de la máquina encargada de cortar las láminas de
encapsulado. Según las dimensiones de los módulos que se demandan,
actualmente, ya no iba a ser posible hacer los moldes en ella, así
que nuestros especialistas se dieron a la tarea de agrandarla".
Gracias a este esfuerzo, la planta pinareña continúa sosteniendo
una producción de alta calidad, que ofrece garantía de cinco años
contra defectos de fabricación y asegura que, luego de una década de
explotación, los módulos fotovoltaicos salidos de aquí conservarán
más del 90 % de la potencia nominal.
PARA NO FALLAR
Aunque la tecnología instalada permite abarcar una amplia gama de
formatos, a partir de los dos watts, hoy la producción se concentra
en los de 185 y 240 watts, los dos mayores, que son al mismo tiempo
los más idóneos para inyectar energía al Sistema Eléctrico Nacional.
Para la pequeña industria, que nunca antes había tenido la
oportunidad de trabajar a plena capacidad, el salto es
impresionante. "De una plantilla de 59 trabajadores, tendremos que
crecer a 168 para poder cumplir los planes", asegura el director, y
a renglón seguido señala que a pesar de que las cifras que se
manejan en la actualidad no tienen precedente, han sido tomadas
todas las precauciones para no fallar.
"Hemos organizado la adquisición de piezas de repuesto para
evitar que una rotura en el equipamiento interrumpa el proceso, y al
mismo tiempo, se han impartido tres cursos de capacitación, en los
cuales se evaluaron alrededor de 120 personas", explica el director.
Una estrategia que permitirá abrir en breve un segundo turno de
trabajo, para luego incorporar un tercero, de modo que el intenso
ajetreo que hoy se vive dentro de la única fábrica de paneles
fotovoltaicos de Cuba, durante jornadas de ocho horas, se pueda
mantener de sol a sol. |