La
policía española reprimió hoy con balas de caucho a cientos de
trabajadores de los astilleros de Cádiz, quienes bloquearon el
puente de acceso a esa ciudad donde se efectúa la XXII Cumbre
Iberoamericana.
La protesta, que muestra lo crispado de la situación en esta
nación ibérica, donde el paro alcanza el 25 por ciento, atañe a unos
600 empleados de la estatal Navantia que abogan por la solución a
problemas de ese sector, casi paralizado.
El gobierno español apenas se recupera de la huelga general del
pasado miércoles, con saldo de decenas de heridos, luego de la
arremetida policial contra manifestantes, en especial, en Madrid y
Barcelona.
Mientras, a Cádiz arribaron en las últimas horas todos los jefes
de Estado o de Gobierno de España, Portugal y los 22 países
latinoamericanos, excepto los de Argentina, Cuba, Guatemala,
Uruguay, Paraguay y Venezuela.
Los cancilleres de 23 estados reunidos en esa ciudad española
abordaron los detalles del texto de la declaración final del evento,
en la cual destacan seis puntos fundamentales, comenta la prensa en
esta urbe.
El desarrollo económico al servicio de los ciudadanos, el avance
en las infraestructuras de transporte, telecomunicaciones, energía y
para el uso sostenible del agua, así como la promoción y de la micro
y mediana empresa figuran entre esos temas.
Además, entre los asuntos tratados en la declaración final, que
deberá aprobarse mañana, tras el segundo día la cita de los
estadistas iberoamericanos, destacan el estimulo a la inversión y el
respaldo a la participación de Latinoamérica en la discusión de la
nueva arquitectura financiera mundial.