Se trata, por demás, de una muestra de confianza del Presidente 
			de los Consejos de Estado y de Ministros, hacia quienes tienen la 
			responsabilidad de contribuir a restablecer servicios tan vitales 
			como la salud y el agua, el funcionamiento de importantes entidades 
			económicas, y las bondades que el sistema eléctrico brinda a la 
			población.
			Es igualmente el empeño de que el servicio más dañado, pues 
			afecta al ciento por ciento de los 127 circuitos con que cuenta la 
			provincia sea a la vez —como expresión de la voluntad de la 
			dirección del país de recuperar íntegramente al territorio— el 
			primero en restablecerse plenamente.
			Para la crucial batalla, que impuso primero un maremágnum de 
			árboles y postes derribados, de cables, transformadores y luminarias 
			tendidos en el suelo, la familia de los eléctricos cubanos suma a 
			más de 2 000 linieros de todas las provincias y el municipio 
			especial Isla de la Juventud. 
			Poco antes del amanecer de cada jornada, las más de 200 brigadas 
			invaden avenidas, calles, barriadas y poblados, siguiendo la 
			estrategia diseñada por el director general de la Unión Eléctrica 
			Nacional, Raúl García Barreiro, de energizar inicialmente las líneas 
			primarias o de alta tensión, y con ellas centros de máxima 
			prioridad.
			"De ahí vamos a las líneas secundarias, y a las acometidas 
			cortadas, para llevar la corriente al máximo de viviendas posibles, 
			refiere Ewer Pérez Soto, quien en el Reparto Sueño comparte con 
			Carlos Esteban una de las dotaciones de Ciego de Ávila.
			Debe añadirse el apoyo que desde distintas provincias se brinda, 
			como la distante Pinar del Río en el suministro de postes, La 
			Habana, Granma y otros territorios en la fabricación urgente de 
			transformadores, y el envío de otros recursos demandados en la 
			Ciudad Heroica.
			Realmente podrían considerarse afortunadas aquellas cuadras que 
			no exhibían, junto a los postes caídos o virados, crucetas dobladas, 
			aisladores y luminarias desprendidas, cables partidos, de ahí que 
			nada fácil haya sido restablecer los primeros circuitos.
			Testimonio de ello podría brindarlo cualquiera de las brigadas, 
			pero apremiados al final de la tarde por darle corriente a buena 
			parte del Bloque H, en el Distrito José Martí, los granmenses 
			Heywerd Ortiz y César Fernández, dijeron que lo mejor es mandarle un 
			breve mensaje a Raúl.
			"Más que una misión esta es nuestra razón de ser, darle servicio 
			al pueblo, de ahí que de aquí no nos vamos hasta que usted, querido 
			Raúl, se vaya con todo Santiago de Cuba electrificado".