Las provincias más golpeadas por el huracán Sandy trabajan arduamente en la recuperación

Villa Clara: Lo que quedó en Sagua la Chica

Freddy Pérez Cabrera

Muchas cosas se llevaron las endemoniadas aguas del río Sagua la Chica, en el poblado de igual nombre, durante su abrupta crecida del pasado viernes.

Foto del autorCerca de 50 técnicos de la Empresa Provincial de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar, se empeñaban en devolver la vida útil a los equipos afectados.

Casas completas resultaron barridas con todos sus bienes adentro. También se perdieron computadoras y útiles escolares de la escuelita primaria, así como refrigeradores, televisores, enseres del hogar, ropa y otros objetos valiosos de los vecinos, los cuales fueron víctimas de la furia del río, en una crecida sin precedentes, según cuentan.

Pero lo que no pudo llevarse el temporal fue la solidaridad entre los vecinos, ni la fe en que más temprano que tarde, con el esfuerzo y la colaboración de todos, la mayor parte de los problemas quedarán resueltos.

Dolido por la pérdida de su casa está el viejo Julián Sardá, quien se quedó únicamente con la ropa y los zapatos que llevaba puestos en el momento de la crecida. Sin embargo, ya este domingo comenzó a recibir ayuda de la familia y de los vecinos.

"Esto no ha sido fácil, pero preservamos la vida que es lo más importante. Mire, por ahí andan unos técnicos de refrigeración que están tratando de salvarme el refrigerador, el cual fue a caer como a un kilómetro de la casa en un potrero cercano. También los compañeros del Consejo de Defensa me explicaron que a través de los subsidios podían ayudarme con algunos materiales para reconstruir la vivienda". Y aferrándose al viejo horcón que quedó en pie, asegura: "¡Olvídese, que aquí nadie quedará desamparado!".

Igual de optimista está Oria Sarda, una mujer que también perdió muchos bienes: su hogar, la ropa, el fogón, los calderos y utensilios de cocina, logrando salvar solo el televisor y el refrigerador gracias a la altura en que los ubicó.

"De eso yo me repongo. Lo irrecuperable hubiera sido alguna desgracia personal. Mi hija Darianna y mi nieta Vaneyi salvaron sus vidas gracias a los compañeros de las FAR, quienes vinieron con sus helicópteros y se las llevaron a lugares más seguros. Dicen que más de 300 personas fueron ayudadas por estos compañeros".

Ese mismo espíritu era el que imperaba en los trabajadores de la escuela primaria Restituto Muñiz, cuya directora, Mayela Pérez, se batía en medio del fango, junto a su colectivo, para que este lunes los niños pudieran asistir a sus clases.

 

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