Las provincias más golpeadas por el huracán Sandy trabajan arduamente en la recuperación

En Granma: Grupos electrógenos garantizan vitalidad energética

Dilbert Reyes Rodríguez

Si algo ha confirmado la contingencia energética que hoy vive la oriental provincia de Granma, es la extraordinaria certeza de la decisión —promovida esencialmente por el Comandante en Jefe—, de que como parte de la Revolución Energética fueran instalados los grupos de generación distribuida, capaces de responder de modo emergente cuando se viera afectada la alimentación desde el Sistema Electroenergético Nacional (SEN).

Foto del autorDirectivos y obreros mantienen una vigilancia insomne para asegurar la operatividad de los grupos.

A pesar de algunos daños en las redes locales —casi todos resueltos— los efectos del huracán Sandy sobre la infraestructura eléctrica de Granma no son comparables con los perjuicios en las vecinas Santiago de Cuba y Holguín; sin embargo, el territorio hoy no recibe ni un megawatt (MW) del SEN, en específico de sus fuentes en Renté y Felton, por afectaciones sensibles en las líneas trasmisoras de alta tensión y, en consecuencia, depende totalmente de la capacidad de respuesta de sus propios grupos electrógenos.

Gracias a esos equipos, distribuidos en subestaciones con dos tipos de tecnología (fuel oil y diésel), la provincia mantiene parcialmente vital el servicio eléctrico a la parte residencial y los puntos socioeconómicos claves; aunque la administración milimétrica de una potencia instalada todavía inferior a la demanda, ha requerido el desvelo de decenas de directivos, técnicos y obreros del sector.

Itúrvides Cleger, director de la Empresa Eléctrica de Granma, explicó que el primer paso tras la afectación fue organizar un microsistema entre todos los emplazamientos de generación distribuida (de diésel son dos en Bayamo y dos más en Niquero —ambos municipios también con sendas subestaciones de fuel oil—, uno en Manzanillo y otros en Jiguaní, Media Luna y Bartolomé Masó); algo así como enlazarlas todas, concentrar la potencia y luego distribuirla según los principales intereses de la economía y la sociedad.

"Así logramos disponer estos días de poco más de 100 MW, que según la experiencia del período especial, cuando trabajábamos por bloques, hemos podido beneficiar lo más equitativamente posible a toda la población.

"Ahora carece un circuito mientras otro tiene corriente, y más tarde es al revés; pero después del pico, se ha podido garantizar que casi toda la provincia disponga del servicio. En esto ha sido crucial la disciplina y comprensión mostrada por la población al extremar el ahorro, a fin de no disparar la demanda y disponer de más energía para más personas", dijo Cleger.

Otra maniobra importante es la explotación inteligente de los 557 grupos electrógenos en manos de entidades económicas, cuyo constante funcionamiento alivia la demanda. "Este manejo no solo consiste en el simple hecho de generar la corriente necesaria para el lugar donde está enclavado, sino también en las soluciones que se han buscado para salvar situaciones de real urgencia", precisó Maels Borges, director de Generación de Emergencia en Granma.

Ha sido necesario mover contrarreloj al menos 11 de estos grupos hacia puntos claves; "por ejemplo, para asegurar el bombeo de agua desde pozos alternativos —en Bayamo, la vía tradicional está paralizada por la alta turbidez de las fuentes—, enclaves de Salud Pública, secaderos de arroz donde se corría el riesgo de perder más de 700 toneladas de arroz húmedo, la refrigeración de langosta para la exportación en Niquero, o la conservación en frío de unas 80 toneladas de queso en la fábrica de Bayamo", detalló Francisco Escribano, vicepresidente del Gobierno en la provincia.

En fin, que la vitalidad energética del territorio es un fruto feliz y una evidencia clara de lo que hace unos años se concretó como inversión. Los grupos de generación distribuida, unido al desvelo de sus operadores y técnicos de apoyo en la vigilancia constante para mantenerlos sincronizados entre sí y actuar rápido en caso de un fallo, son los pilares donde se sostiene la posibilidad que hoy tiene la familia granmense de al menos cocinar y permanecer informada... a pesar de los estragos recientes de Sandy.

 

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