Materiales a la vuelta de la esquina

Un taller de producción local de materiales en Bayamo demuestra que la comunidad puede ser protagonista en el rescate del fondo habitacional

DILBERT REYES RODRÍGUEZ

Cuando en el norte de Bayamo, Granma, empezó a funcionar el Polígono de Materiales Alternativos para la Construcción, todavía los Lineamientos no definían la política económica y social de la nación. Sin embargo, la idea de acercar a la comunidad la elaboración de tan preciados recursos, generar empleos y promover la rehabilitación del fondo habitacional local, fue un principio en la creación y despegue productivo del enclave.

Foto del autorLa alta eficiencia y productividad logradas en el polígono, permiten multiplicar sus fines.

Quizás por eso allí es más rápida y ostensible la concreción de las pautas definidas en el Sexto Congreso del Partido en relación con las construcciones y la vivienda; porque en vez de comenzar de cero, lo que falta ahora es perfeccionar lo conseguido, así como sumar nuevas formas de aumentar y diversificar los surtidos, ampliar las opciones de comercialización y, por supuesto, replicar el ejemplo en el más breve lapso; "si es posible, en cada consejo popular", como hace poco valoró in situ el vicepresidente cubano Esteban Lazo.

Y es que el singular polígono del reparto Siboney, fue bujía en la transformación constructiva y del estado de ocupación laboral en la barriada circundante. Las precarias casas de antes ahora son sólidas viviendas con placa de hormigón, en tanto una treintena de sus más jóvenes moradores —casi todos desvinculados del trabajo— encontraron en el taller la oportunidad de un empleo honrado y provechoso.

Hoy adscrito a la Unidad Básica de Construcción Bayamo, y al amparo de marcos legales que orientaron su objeto hacia la fabricación de los materiales usados en las obras encargadas a esta entidad; la alta productividad y eficiencia logradas en el polígono ofrecen posibilidades de multiplicar sus fines, con énfasis en los que promuevan un impacto más directo, ágil y sostenible en el fondo habitacional de la localidad.

LINEAMIENTOS A MANO

Fundador, primer administrador y principal estratega en el desarrollo productivo del taller —ahora director de la Unidad Básica—, Ramón Cámbar explica cómo el consejo popular fue el horizonte esencial desde la propia gestación del proyecto.

"Incluso para buscar los seis obreros con que iniciamos el polígono, trabajamos en coordinación con el presidente del consejo. Lo hicimos hasta llegar a los actuales 33, y lo haremos también para completar dentro de poco la plantilla de 47, cuando incorporemos una línea de fabricación de losas prefabricadas para techos", señala.

Leonard y Gustavo son ejemplos fehacientes. El primero —hoy con 28 años—, una vez desmovilizado del Servicio Militar no pasó a trabajar; pero a punto de convertirse en padre y responsable principal de una familia, se vio forzado a buscar un empleo, "y lo encontré en este taller, donde empecé acomodando al sol los bloques recién hechos, y luego cargándolos a los camiones; hasta que vino la prensa rústica para hacer mosaicos y ahí me quedé".

El robusto Gustavo, por su parte, tras un reordenamiento en una entidad de Acopio quedaba disponible como estibador, pero sus condiciones físicas y cercanía al taller lo avalaron para ser aceptado también como operador forzudo de la exigente prensa manual, de la cual salen hasta 600 mosaicos diarios.

Más o menos similares son las historias del resto de los obreros, desde los conformadores de bloques de hormigón, que ganan entre 700 y 800 pesos, hasta los molineros que fabrican el polvo, la arena y la pintura.

Cámbar argumenta que el perfeccionamiento del trabajo en el taller ha dependido de la implementación rigurosa del Lineamiento 288, referente a elevar la eficiencia a partir de sistemas de pago por resultados y calidad, aplicando el doble turno en renglones que lo requieran, y aprovechando al máximo la tecnología instalada.

"Cada aspecto ya tiene una expresión en el polígono, y por la eficiencia que hemos logrado, es que planteamos la posibilidad de ampliar nuestro objeto a la venta directa de materiales de construcción. En los bloques, por ejemplo, no tenemos un doble turno porque el actual satisface la demanda para las obras a cargo de la Unidad Básica.

"Ahora bien, si pudiéramos vender bloques, podríamos incorporar otro turno y generar más empleo. Lo mismo podríamos hacer con el carbonato de calcio, la pintura, los balaustres y los ladrillos de barro cuando terminemos la reparación del horno.

"Hemos propuesto incluso que Comercio use la bodega cercana como punto de despacho, y la venta se efectúe de modo directo en nuestro taller. Así, el consejo popular —de los más densamente poblados de Bayamo y con miles de casas en construcción— contaría con su propio punto de materiales; incluidos los que se producen aquí y los que pueden transferirse desde otras fábricas de nuestra empresa, como los surtidos de barro.

"Sería una manera de incrementar la comercialización desde la producción local (lineamiento 292 y 296), más cerca del consejo popular, evitándole así a la familia gestiones y pagos adicionales por transporte, y disminuyendo las mermas por deterioro que supone el trasiego excesivo de productos terminados, como los bloques.

"Aquí fabricamos además, el carbonato de calcio y pintura derivada de este, noble, fácil de elaborar y más barata que los viniles, pero no muy sencillo de encontrarla en Comercio, y nosotros pudiéramos venderla. Contar con varios molinos de piedra nos da esa posibilidad.

"El área de molinaje también para la Unidad Básica es una gran ventaja; porque mientras otras entidades constructoras padecen la escasez de áridos, en el taller molemos la "macada" (piedra caliza de volumen similar a un puño cerrado) y obtenemos nuestra propia arena y polvo".

DE LA PRODUCCIÓN AL SERVICIO CONSTRUCTIVO

Y si vender algunos de los materiales que producen en el polígono —una vez cumplidos los planes para las obras— es una posibilidad fácil de implementar; más cerca de la concreción está la prestación de servicios a personas naturales con obreros de la Unidad que dirige Cámbar.

Hasta ahora, y al amparo de las recientes regulaciones que le permitieron ampliar su objeto social, la prestación de servicios de albañilería, carpintería, plomería, pintura y electricidad ha sido una variante inteligente para ocupar productivamente el tiempo de los obreros, cuando las obras se interrumpen por retraso de las materias primas u otras causas imputables a los inversionistas.

"Hemos tratado de evitar al máximo la interrupción laboral, y con una rigurosa contratación previa, las primeras labores realizadas, a modo de experimento, ya nos reportaron 15 mil 600 pesos", dice Cámbar.

"Para el año que viene estamos pensando crear brigadas dedicadas solo a esta actividad, muy ventajosa para la familia debido a las tarifas ofrecidas; más si los ejecutores son beneficiarios de la política de subsidios o de créditos para construcción.

"¿Quién dice que en nuestra carpintería, donde la madera es deficitaria, no podemos explotar al máximo los equipos y el tiempo de los obreros prestando servicios de reparaciones, confecciones o el simple aserrado de madera? ¿O si el Gobierno local destina la pintura para las fachadas en ocasión del aniversario 500 de la ciudad, nuestras brigadas, previa contratación con el dueño de la residencia, no apliquen la pintura?

"Claro, primero debemos asegurarnos de que el mercado será estable, y luego de capacitar mejor a nuestros obreros, porque la calidad será exigida rigurosamente por el solicitante, dueño del inmueble o la madera", concluye Cámbar.

En fin, que para hacer más por la localidad, no solo se trata de traducir fríamente políticas nacionales al marco estrecho de un consejo popular. El progreso local depende en gran medida de que sus actores piensen, propongan y ejecuten; porque ningún barrio es igual a otro, y el ejemplo bayamés del polígono de materiales dice mucho de cuánto puede hacerse todavía por el sensible asunto de la vivienda; claro, si aprovechamos bien el recurso cercano, la fuerza física sentada con frecuencia en las esquinas, y sobre todo, la inteligencia de hombres cuyas luces son más largas en tanto más alumbren hacia la comunidad.

 

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