Mediante políticas adecuadas, en estas zonas se pueden crear
empleos decentes, por ser en ellas donde viven la mitad de la
población mundial y el 75 % de los pobres, informa PL.
La OIT opinó que las mismas pueden ser un trampolín para el
crecimiento en beneficio de las comunidades y la economía en
general, por poseer el potencial, tanto en términos de recursos
humanos como físicos. En momentos en que muchas ciudades en el mundo
se encuentran sobrepobladas y con crecientes dificultades de
vivienda, es necesario crear las condiciones necesarias con el fin
de potenciar la vida en el campo.
La institución subrayó el fenómeno de la migración de las urbes
hacia el campo, principalmente por la falta de oportunidades de
ocupación.
Desde el 2008, la OIT labora en un plan de acción para las zonas
rurales que contempla el tema laboral, la protección social, las
normas del trabajo y el diálogo social. Asimismo, la promoción de
pequeñas y medianas empresas y la investigación y el apoyo técnico a
cooperativas y organizaciones comunitarias.
Esa agencia de Naciones Unidas plantea que otorgará atención
especial a los jóvenes y las mujeres, cuyo potencial en dichas
comunidades aún es subestimado, subdesarrollado e infrautilizado. En
tal sentido, sobresale el hecho de que el 60 % de los niños que
trabajan lo hacen en la agricultura, mientras que las mujeres
rurales producen entre el 60 % y el 80 % de los alimentos en los
países en desarrollo.