Datos del Instituto de Investigaciones de Terremotos de la Universidad de Tokio, en Japón, demostraron que el punto de fricción entre las placas tectónicas de Filipinas y la Euroasiática, al norte de la bahía de la capital nipona, están a diez kilómetros más cerca de la superficie que lo previsto con anterioridad, lo cual podría provocar sismos más intensos y de consecuencias más catastróficas que los conocidos hasta el momento. Los estudios al respecto concluyeron luego de pruebas efectuadas en Tokio durante cuatro años y permitirán establecer un proyecto para reforzar la seguridad de los barrios más antiguos de la capital. (PL)

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