Lo que quizás nunca imaginó fue que al ser llamado para cumplir
su servicio militar, sería protagonista anónimo de algo tan
necesario e importante como disparar: el acondicionamiento de los
polígonos, como espacio donde miles de cubanos coronan y demuestran
la validez real de lo aprendido.
"Las instalaciones y la técnica con que contamos aquí siempre se
han caracterizado por estar listas para la realización de las
actividades previstas" —afirma el mayor Heriberto Díaz Suárez,
integrante de la jefatura en uno de los centros de estudio con que
cuenta el Ejército Oriental.
Esa permanente capacidad, sin embargo, no es obra del azar.
Sometidas durante todo el año a un intenso uso por parte de
infantes, francotiradores, tanquistas, artilleros terrestres y
antiaéreos, tropas especiales, milicianos, reservistas¼ las
distintas áreas requieren el correspondiente mantenimiento para
conservar su vitalidad.
Por ello, son vitales el cuidado y la observación de la
instalación en todo momento, como lo son también las acciones
concretas de mantenimiento, perfeccionamiento y acondicionamiento.
Así, el personal que integra la plantilla de cada polígono une
sus esfuerzos con los miembros de la brigada de mantenimiento e
incluso fuerzas de la propia unidad, en interés de su preparación
para darle continuidad al año de instrucción.
Es fácil comprender, entonces, por qué mientras el soldado
Yannier Enrique Rivas retoca, brocha en mano, angulares y láminas de
metal, los soldados Pablo Leyva Velázquez y Rafael Sánchez Mayo
verifican cada detalle a las baterías de acumuladores, extensiones,
levantadores de blanco, pizarras de control y otros componentes
indispensables para que nada falle a la hora de realizar el tiro.
"A cierta distancia", e igualmente entregados a la ardua faena,
otro pequeño grupo de soldados "baten a tiro limpio de machete" la
hierba que se empecina en asomar cabeza dentro del polígono, en
tanto otros reacondicionan un tramo de trinchera cubierta, a fuerza
de pico y pala.
"En medio de estos trabajos —añade el mayor Heriberto Díaz—
nuestro personal ha realizado valiosas innovaciones y soluciones,
aplicando el pensamiento creador, la ciencia y la técnica. Por
cierto, recientemente fueron estimulados por esa razón un grupo de
compañeros".
Lo que no debe ocurrir bajo ningún concepto, ni aquí ni en la red
de polígonos y áreas con que cuenta el país para la preparación del
personal en tiempo de paz, es que algo falle en el momento crucial.
Para evitar una situación así, interactúan manos tan consagradas
y diestras como aquellas que permanecen igualmente listas para
empuñar cualquier tipo de arma cuando sea preciso, gracias a la
efectividad y precisión con que funcionan estos polígonos.