Balancear la dieta animal con fuentes de
alimentación naturales De la
alternativa a la obligación
SHEYLA DELGADO GUERRA
En
las últimas décadas, la alimentación animal en el sistema
empresarial y la base productiva de la Agricultura se ha basado más
en los piensos que en pastizales, forrajes u otros cultivos. La
tendencia dejó a los productos naturales solo como una alternativa.
Hoy hacer ganadería, avicultura¼ ,
aferrados a los piensos es insostenible pues la mayor parte de la
materia prima que se emplea para su fabricación depende de un
"barco" que la importe, y, peor aún, de significativas sumas de
dinero que el Estado debe erogar.
UNA DIETA MÁS COHERENTE
Son 13 las fábricas que, en nuestra geografía, se dedican a la
elaboración de pienso, algunas de las cuales están en explotación
desde antes de 1959, explica a Granma Jorge Luis Carballo
Espinosa, director general del Grupo de Alimentos y Silos,
perteneciente al Ministerio de la Agricultura (MINAG), el cual lleva
aproximadamente un año de creado.
El directivo comenta cómo el estado de deterioro de la industria
—agravado por el alto nivel de roturas recientes—, influyó en los
incumplimientos del plan del primer semestre del año (de las 480 mil
toneladas previstas para la etapa se cumplía con el 91 %).
Urge
rediseñar estrategias en el balance de la dieta animal para evitar
la marcada dependencia del pienso.
A esa lista —como se expresó en la Comisión Agroalimentaria,
durante el último Periodo de Sesiones de la Asamblea Nacional del
Poder Popular— se incorpora el arribo tardío de materias primas
importadas (principalmente el maíz) a inicios de este año, así como
la existencia de cierta cantidad de estas que debieron ser
cuarentenadas.
La obsolescencia de la industria, unida al encarecimiento de las
materias primas en el mercado internacional, entre otras causas,
exigen volcar la mirada hacia otras fuentes de alimentación.
Es cierto que los piensos industriales y diversos suplementos
ayudan al crecimiento en tamaño o en masa corporal de los animales,
el problema está en "encapricharse" con los primeros y dejar de
incluir en la dieta animal plantas comestibles de alto valor
nutricional.
Sergio Rodríguez Morales, director del Instituto de
Investigaciones en Viandas Tropicales (INIVIT), define la urgencia
de suplir ese desbalance de una forma locuaz. "Cada día los precios
de los cereales se incrementan, fundamentalmente los de dos básicos:
el maíz y la soya, que son los más utilizados en la elaboración de
pienso para los animales. Por otro lado, la cuarta parte del maíz
que produce Estados Unidos —líder a nivel mundial en este rubro
agrícola— se usa para la obtención de biocombustibles.
"Con ese volumen del mencionado genérico se podrían beneficiar
310 millones de personas; sin embargo, se prioriza la ‘alimentación’
de los automóviles a la del estómago, tanto de las personas como de
los animales. Y esto sin considerar que la reciente sequía que
afectó a ese país ha tensado aún más la cuerda, al tiempo que
dispara los precios. Ante tales circunstancias, urge rediseñar
estrategias en el balance de la dieta animal para evitar la marcada
dependencia de esos productos deficitarios y encarecidos", aseveró a
Granma.
El también miembro del Consejo de Estado explicó que hace 15 o 20
años no era perentorio destinar yuca u otra vianda tropical para
alimentar cerdos, por ejemplo, porque los precios del maíz eran casi
irrisorios en relación con sus importes actuales. Una tonelada de
este cultivo cuesta ahora en el mercado mundial alrededor de 300
dólares, acotó. Y en los últimos cinco años el precio de los
alimentos se ha duplicado a escala internacional.
A FÓRMULAS OBSOLETAS, SOLUCIONES EQUILIBRADAS
Afortunadamente, aun cuando faltan muchas mentes por cambiar en
torno al balance alimentario sin depender de las importaciones, una
parte de nuestros productores ha concientizado la necesidad
infalible de dejar en el pasado prácticas rancias e insostenibles
como esa. Tal es el caso de Gerónimo Gil Arcia, "Momo", como le
conocen sus amigos, quien reveló a este diario la fórmula que lo
llevó en el 2011 a ser el ganadero capitalino con mejores resultados
en la producción de leche.
"Todo está en lograr el equilibrio necesario —dice— y en saber
garantizar fuentes de alimentación más accesibles incluso para el
propio campesino y que, a la vez, benefician al ganado. Por eso he
sembrado para mis reses cerca de tres hectáreas de caña, las cuales
alterno con king grass, forrajes, concentrados y suplementos
minerales. Antes de que empiece el periodo seco compro determinada
cantidad de hollejo de naranja para combinar con los demás
alimentos. Si se utilizan más pastos y forrajes, no hay que esperar
ni por barcos ni fábricas", concluye.
Y ciertamente esta receta le ha rendido buenos frutos, pues en la
etapa de mayor sequía logra entregar entre 120 y 130 litros de leche
por día —en la de primavera alcanza de 170 a 210—, gracias, en buena
medida, a la capacidad de previsión y el buen hacer en la ganadería.
Otra de las variantes más preclaras en este sentido resulta el
empleo de viandas de fácil producción en nuestro país con esos
fines. Al respecto, Rodríguez Morales abunda en la experiencia del
INIVIT, a partir de las potencialidades de la yuca y del boniato que
allí cosechan.
"Hemos obtenido clones de yuca con un rendimiento que oscila
entre 20 y 25 toneladas por hectárea. Por cada quintal de estas, se
alcanzan aproximadamente 30 libras de materia seca y follaje con el
21,6 % de proteína base. En el caso del boniato, el 22 % es de
materia seca y contiene el 18 % de proteína de igual base. Son dos
alimentos tropicales que pueden sustituir al maíz como fuente
energética y, además, poseen la ventaja de que por la duración de
sus ciclos vegetativos pueden complementarse, pues el boniato es más
‘noble’ en la época de primavera, que no resulta el periodo óptimo
para la yuca. Si antes el uso de la biomasa tropical como fuente de
alimentación animal se veía como alternativa, ahora debe convertirse
con urgencia en una práctica sostenida", afirmó.
En el tema de la alimentación animal, resulta apremiante asumir
prácticas que, además de ineludibles, devienen "ciencia demostrada".
Solo con soluciones equilibradas pueden dejarse en el pasado
fórmulas obsoletas. |