Inesperado adiós del sub-15

Aliet Arzola Lima

Nada hacía presagiar el adiós de la joven escuadra cubana en la ciudad mexicana de Chihuahua, con apenas el segundo puesto del Campeonato Mundial de Béisbol, categoría sub-15. Y digo apenas, pues el combinado antillano, en honor a la verdad, parecía imbatible.

Foto: IBAFEl pitcheo no se comportó a la altura esperada en el desafío por el oro.

Los nuestros habían arrasado en toda la línea en una lid matizada por la prolífera ofensiva y las lógicas carencias con el guante, propias de la edad. Entre ese panorama, anclaron terceros en bateo (408 de average y slugging de 592), segundos en pitcheo (2,67 limpias por cada nueve entradas y 70 ponches en 54 capítulos) y cuartos en defensa con 11 errores.

Invictos en ocho salidas, dominantes sobre cuanto contrincante aparecía en el camino, sin duda presentaban credenciales suficientes para afrontar como favoritos la definición del título frente a Venezuela, pero en dicha instancia sufrieron una inexplicable metamorfosis que dio al traste con la consecución del máximo galardón al perder 2-10.

En el partido más importante de la contienda, el definitorio, mostraron pésima defensa (cinco fallas), pobre bateo de solo seis jits y dos carreras, sumado a la baja efectividad de los serpentineros, detalles que lastraron al plantel, el cual arrancó en desventaja y jamás logró sobreponerse ante un rival muy ajustado, capaz de promediar 424, con 39 extrabases —de ellos cuatro jonrones— durante las ocho presentaciones anteriores.

Un día antes ya hubiera sido prudente prender las alarmas por el pobre rendimiento contra México en el epílogo de la segunda ronda, duelo que ganaron in extremis con tres anotaciones en el final del noveno para dejar al campo a los locales, a pesar de cometer cuatro marfiladas.

¿Qué pudo con ellos? ¿Cansancio, presión de favoritos? Ciertamente una incógnita, pues luego de tan inmaculada trayectoria nadie se imaginó el revés final, mucho menos por tan notable diferencia frente a una escuadra a la que ya habían mayoreado 11-5 solo dos días atrás.

De cualquier manera, válido destacar el potencial de la naciente generación, con la cual es preciso seguir trabajando en los torneos domésticos, en pos de pulir las deficiencias que, de no ser solucionadas en esta edad, afloran después en las categorías superiores, cuando poco o nada se puede hacer.

 

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