El costo de no cumplir el compromiso contractual
JUAN VARELA PÉREZ
La falta de objetividad y rigor en los contratos y el
incumplimiento de estos, han sido costosos para la entidad
agropecuaria de Batabanó, de la cual se esperaba mejor balance en
los primeros meses del año.
La
empresa de Batabanó necesita desterrar los viejos vicios de
dirección.
Esta es una ineficiencia que dejó un saldo de 1 180 toneladas
dejadas de entregar al Estado hasta el cierre del primer semestre
del año, pero que no quedó impune.
Las cooperativas incumplidoras, según los análisis, realizaron
las siembras con atrasos y dieron pobre atención a sus cultivos, a
pesar de ser alertados. Por tal motivo fueron separados de sus
cargos el presidente y el resto de la junta directiva de la
Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Ciro Redondo implicada.
La presidenta y la comercial de la Cooperativa de Créditos y
Servicios (CCS) Niceto Pérez fueron removidas de sus funciones y se
le aplicó separación definitiva al administrador de esta. La mayoría
de los dirigentes de la Rubén Marichal y la Juan Berto Ruiz, también
incumplidoras, recibieron sanciones según su grado de
responsabilidad. Aún está en proceso el examen en la Deris García.
La demanda por las afectaciones económicas que significan tales
violaciones, se ventila hoy en la Sala de lo Económico del Tribunal
Provincial Popular.
Lo lamentable es que, al final, se trata de un producto físico
que no llegó a la población.
Cumplir
es hecho, no eslogan
Algo esencial le faltó al sistema de contratación: el seguimiento
constante que este necesita para evitar sorpresas de última hora.
Por eso la importancia de respaldar los compromisos con cifras bien
estudiadas y tener en cuenta los elementos que lo garanticen. Si no
existe responsabilidad al asumirlos y un plan de enfrentamiento a
las adversidades que puedan aparecer, los déficits no podrán
eliminarse.
Entre las fallas enumeradas por Maikel Regueiro Pérez, director
adjunto de la Empresa Agropecuaria de Batabanó, sobresale la falta
de seriedad y de chequeos periódicos al no aplicarse lo orientado, y
la poca agresividad en la búsqueda de soluciones emergentes.
Tras descalabros similares en el 2011, y los de comienzos de este
año, se evaluó lo que cada finca hizo. De esta radiografía se
desprendió la deficiente preparación de tierra, la inmovilidad en el
riego y el excesivo enyerbamiento que "copó" las áreas donde se
ubican las mayores siembras. En esas condiciones, los compromisos
suscritos eran evidentemente letra muerta.
Trabajadores consultados por Granma coinciden en la
necesidad de transformar el esquema organizativo de la empresa y
romper obsoletos métodos que interfieren el ritmo productivo. Para
lograrlo es indispensable, aseguran, un despertar colectivo que
cambie el actual modo de pensar y de actuar. Los caminos ideales
para variar las reglas son los que perfeccionen los controles,
aumenten la disciplina, den óptimo uso a la ciencia y la técnica y
utilicen más al personal de nivel superior que incluye seis
ingenieros agropecuarios.
Otros puntos débiles son la tardanza y mal uso de algunos insumos
y las llamadas "cuestiones subjetivas" (¿otro eslogan para las
justificaciones?). Poner en su justo lugar los recursos que el
llamado "paquete tecnológico" garantiza según los cultivos en
contrato, contribuye a incrementar los rendimientos por hectárea. |