Bolivia
redujo la pobreza extrema rural en un 20 por ciento y 10 por ciento
la urbana por las políticas económicas y sociales del gobierno del
presidente Evo Morales, resaltó hoy el ministro de Economía y
Finanzas, Luis Arce.
El titular boliviano apuntó al programa televisivo "El Pueblo es
Noticias" que varios elementos posibilitaron la disminución de la
pobreza en los últimos seis años, como la asignación de los bonos
económicos Juancito Pinto y Juana Azurduy de Padilla, y la Renta
Dignidad.
El Bono Juancito Pinto es un incentivo escolar para reducir la
deserción escolar, instaurado por el presidente Evo Morales en 2006;
mientras que con el de Juana Azurduy se busca erradicar la
mortalidad materno-infantil.
Unido a ello, la Renta Dignidad pretende mejorar la calidad de
vida de las personas mayores de 60 años, recordó Arce.
Por eso los indicadores de pobreza mejoraron, pero todavía nos
falta por hacer, hay que continuar con esas políticas que muestran
resultados positivos, señaló el funcionario.
Arce agregó que estas ayudas económicas se enmarcan en la
política gubernamental de redistribución de los ingresos económicos
para impulsar el desarrollo del país.
El ministro de Economía y Finanzas aseguró igualmente que en
Bolivia no existe un fundamento para la subida de los precios de los
alimentos de la canasta familiar debido a que la tasa de inflación
está controlada.
Sostuvo que los costos de los principales productos tienen
tendencia a bajar, por lo tanto, aseguró que la tasa de inflación
"está controlada" en el país.
"Estamos en 2,35 por ciento al mes de julio y no hay expectativa
de que cambie para tranquilidad de la población, la tasa de
inflación está controlada", acotó.
Consultado sobre si la crisis económica en Europa y en Estados
Unidos podría afectar a Bolivia, indicó que los efectos de la crisis
"no se sienten" ( ) y ante ese escenario adverso se continúa con una
senda positiva, pues desde 2006 se hicieron cambios transcendentales
en el modelo económico.
De acuerdo con Arce, el modelo económico boliviano ya no depende
de las transnacionales y del capital extranjero; pues el país apostó
a la demanda interna, "que es el bolsillo y el estómago de los
bolivianos", que creció el año pasado en siete por ciento, aseveró.
"Los bolivianos estamos mejor que antes, consumiendo más y
mejorando la calidad de vida del pueblo", subrayó el ministro de
Economía, tras señalar que servicios básicos como el consumo de agua
potable, electricidad y gas son los que más crecen.