Estados
Unidos y Pakistán están discutiendo un nuevo acuerdo militar
conjunto para el combate a militantes islámicos, reveló un
influyente diario estadounidense.
Esta semana, el jefe de los servicios de inteligencia pakistaní,
general Zaheer-ul-Islam, culminó una visita oficial a Estados
Unidos, donde sostuvo conversaciones con altos funcionarios de la
administración del presidente Barack Obama.
Asimismo, el general Ul-Islam dialogó con el director de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA), David Petraeus, con el fin de
mejorar la actuación conjunta contra los terroristas e intercambiar
información sobre asuntos operacionales en la frontera con
Afganistán.
El encuentro entre ambos funcionarios marca un punto de giro
significativo para un nuevo acuerdo bilateral, tras varios
incidentes que enfriaron la alianza entre Washington e Islamabad,
comentó el diario The Wall Street Journal.
Es un buen comienzo, aseguró Vali Nasr, exfuncionario del
departamento de Estado y actual decano de la Escuela de Estudios
Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.
Según fuentes familiarizadas con las negociaciones, la campaña
militar que se prepara estaría dirigida contra los combatientes
talibanes que operan en Pakistán y el grupo militante Haqqani,
acusado de numerosos ataques contra las fuerzas estadounidenses en
Afganistán.
Funcionarios estadounidenses han acusado a las agencias de
inteligencia de Pakistán de tener vínculos con dicha organización,
indicó el rotativo.
Agregaron, además, que la delegación pakistaní participó en
varias cenas organizadas por altos funcionarios estadounidenses, en
las cuales estuvieron presentes miembros clave del Congreso y de la
administración demócrata.
La CIA busca formas para cooperar con su homóloga pakistaní,
después de varios años de relaciones inestables, en particular por
los continuos ataques de aviones no tripulados (drones)
estadounidenses contra objetivos en el país asiático, advirtió
Prensa Latina.
Además, en mayo del año pasado, fuerzas especiales
estadounidenses penetraron de forma secreta en territorio pakistaní
y mataron a Osama bin Laden.
En noviembre de 2011, Pakistán cerró las rutas de suministros
logísticos de la OTAN hacia Afganistán después de un ataque con
drones en el cual perecieron 24 soldados pakistaníes.
Islamabad reabrió las rutas de abastecimientos después de que la
secretaria de estado Hillary Clinton se disculpó el mes pasado por
el incidente fatal.
Ambos países firmaron un acuerdo para mantener la frontera
pakistaní abierta a los convoyes logísticos del Pentágono hasta
finales de 2014, fecha prevista para el retiro de las tropas
estadounidenses de Afganistán.