Un juez federal del Estado de México ha dictado en la tarde del
martes (madrugada en España) el procesamiento de cinco militares,
entre ellos cuatro generales, por el delito de delincuencia
organizada. La orden afecta a los generales Tomás Ángeles Dauahare,
Roberto Dawe González, Ricardo Escorcia Vargas, Rubén Pérez Ramírez
y al teniente coronel Isidro de Jesús Hernández. Los tres primeros
en encontraban detenidos sin cargos desde hace 76 días por su
presunta relación con el cartel de los hermanos Beltrán Leyva, al
que hubieran prestado protección en el pasado. Los mandos militares
ingresarán en las próximas horas en un penal de máxima seguridad.
La detención el pasado mayo, en plena campaña electoral, de los
tres generales por supuestos vínculos con el narcotráfico, generó
una fuerte polémica y toda clase de especulaciones sobre su posible
intencionalidad política. Las investigaciones contra los tres
surgieron a partir de las declaraciones de diversos testigos
protegidos, que habían trabajado para los hermanos Beltrán Leyva y
cuyas imputaciones en otros casos en el pasado no fueron confirmadas
posteriormente.
En estos meses la prensa mexicana ha apuntado como razón de los
arrestos la posibilidad de enconos personales dentro de las Fuerzas
Armadas, la existencia de un grupo de generales disconformes con la
estrategia de guerra contra el narco ordenada por el presidente
Felipe Calderón, e incluso una operación política para desacreditar
al general Ángeles y apartarle de la élite militar que podría
acompañar al próximo presidente de México
El general de división retirado Tomás Ángeles Dauahare, nieto de
un héroe de la Revolución mexicana, militar de gran prestigio y ex
número dos de la Secretaría de la Defensa Nacional, participó el
pasado 9 de mayo en un foro de seguridad organizado por la Fundación
Colosio en San Luis Potosí a la que asistió el entonces candidato
del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y hoy virtual
presidente, Enrique Peña Nieto En aquel foro, el general criticó
públicamente la falta de objetivos definidos en la lucha contra el
crimen organizado. "Me atrevo a decir que no tenemos estrategia de
seguridad nacional", afirmó, y se pronunció a favor de desarrollar
un plan coherente en ese combate "y no estar dando brochazos por
diferentes circunstancias a través de líneas de acción que conducen
a veces a la nada".
El general Dawe dirigió una división del Ejército en el Estado de
Colima, en el Pacífico, una ruta clave en el tráfico de drogas al
norte, y el general también retirado, Ricardo Escorcia Vargas, que
fue a principios del sexenio de Calderón subjefe Administrativo y
Logístico del Estado Mayor, se vio envuelto en un turbio asunto a
finales de 2007 cuando comandaba la 24 Zona Militar. En aquel
entonces militares y agentes de la Policía Federal Preventiva
permitieron el aterrizaje de un avión cargado de cocaína procedente
de Suramérica en el aeropuerto de Mariano-Matamoros, en el Estado de
Morelos (centro del país), donde tanto los tripulantes como la droga
desaparecieron. El avión estaba siendo monitorizado por la DEA. El
general fue degradado pero más tarde fue exonerado y enviado al
Estado de Sinaloa (oeste) como jefe de la Tercera Región Militar,
cargo en el que solo duró dos meses pues en 2008 solicitó un año
sabático.