Ricardo Alonso Venereo

Desde el pasado día 2 de junio y hasta ayer, los integrantes del Septeto Santiaguero promovieron en España y Europa su séptima producción discográfica. Se trata del volumen Vamos pa¢ la fiesta, del sello Picap, que irrumpió en el mercado, precedido por el sencillo Lágrimas negras, de Miguel Matamoros, interpretado por el popular salsero panameño Rubén Blades, quien en el disco canta también el tema Contéstame, de Arsenio Rodríguez, que en otros tiempos entonaron Panchito Riset, Orlando Contreras, Vicentico Valdés y el boricua Daniel Santos.

En España, el grupo fundado en 1995 por el tresero Fernando Dewar, actuó en Madrid y Barcelona, en las salas Clamores y Antillana, respectivamente. También en Pamplona, Vitoria y Zaragoza. Otros itinerarios pasaron por Suiza, Francia (donde los días 26 y 27 de julio arrasaron en el Festival Tempo Latino), Alemania, Noruega y Holanda.

El disco, segundo con la disquera española Picap, que en el 2011 les produjo Oye mi son santiaguero, con el cual alcanzaron el premio Cubadisco y obtuvieron una nominación al Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum de Música Tropical Tradicional, cuenta, además, con la participación del puertorriqueño Cheo Feliciano quien canta Un poquito de tu amor, del pianista y compositor manzanillero Julio Gutiérrez, quien vivió mucho tiempo en Puerto Rico; el dominicano José Alberto El Canario, le pone voz a Amor silvestre, de Reinaldo Hierrezuelo, pieza popularizada por el dúo Los Compadres, en República Dominicana; el también boricua Edwin Colón Zayas, toca el cuatro en Que le den candela, de Rodolfo Cárdenas Castro (El Moro), una reverencia a los aportes de Los Van Van al son contemporáneo; el percusionista venezolano Luisito Quintero, toca el bongó en el changüí Yo sí tumbo la mata, de Rodulfo Vaillant, y Jimmy Bosch, músico nacido en Nueva Jersey, conocido como El Trombón Criollo, destacado en el danzón La reina Isabel, de Electo Rosell, Chepín.

Componen el fotograma 15 piezas que abarcan géneros como el son montuno, la guaracha, el bolero, el changüí, el danzón, la cumbia-son y el ritmo pilón, una mezcla bien caribeña que, al decir de Dewar, combina modernidad, respeto y "con la cual pensamos ganarnos al público bailador no solo de Europa si no de Cuba tan pronto regresemos a Santiago".

"Este es un disco —añadió— con el que el Septeto Santiaguero quiere agradecer a nuestros históricos del movimiento salsero, por todo lo que han hecho por la preservación del son y el bolero".