Esto se debe en buena medida, explicó, al desarrollo desde hace
dos cursos de un sistema de formación que abarca la licenciatura en
Educación, en las 21 carreras que imparten las universidades de
ciencias pedagógicas (UCP); y la reapertura de las escuelas
pedagógicas de nivel medio superior, con el fin de garantizar la
cobertura docente en las enseñanzas preescolar, primaria y especial.
Además, en estas mismas universidades, a quienes no acceden a la
enseñanza superior, se les oferta un curso de nivel medio superior
de dos años de duración, para estudiar las especialidades que
presenten déficit en el ingreso, identificadas en cada territorio a
partir de un cálculo real y objetivo de la demanda de personal
docente.
En todas estas modalidades apostamos por lo más importante:
preparar bien al maestro, insistió. De otra manera no es posible
concretar ningún cambio en el sistema nacional de educación.
Entre las principales transformaciones implementadas destacó el
incremento del tiempo presencial del maestro en formación en las UCP,
estableciendo que al menos los dos primeros años permanezcan en
ellas a tiempo completo, sin asumir responsabilidades en las aulas.
Esto favorece la preparación académica del estudiante, a lo que se
suma la elevación del rigor en el sistema evaluativo, y el
fortalecimiento del trabajo metodológico y las estrategias de
superación.
Según precisó, también como una vía de inyección de ingreso con
calidad a las carreras de ciencias, las más deficitarias
actualmente, se perfecciona la experiencia del estudio de doce grado
en las UCP, en las especialidades de Matemática-Física,
Biología-Geografía y Biología-Química.
Tales medidas han conducido a una etapa superior en cuanto al
ingreso a carreras pedagógicas, afirmó. Hoy por ejemplo, hay más
alumnos de noveno grado optando por las escuelas pedagógicas que las
plazas ofertadas. Asimismo, se ha constatado que los estudiantes
llegan con una mayor preparación a los exámenes de ingreso, y tanto
ellos como sus familias han tomado conciencia de la necesidad de
realizar esa preparación cabalmente.
Al respecto, Francisco Lau Apó, jefe del departamento de
Formación Inicial del Profesional, señaló que aunque la preparación
del personal docente muestra indicios de continuar mejorando, la
principal insatisfacción en el sector es precisamente no lograr el
ingreso a las carreras pedagógicas y la permanencia de los
estudiantes en la medida que el sistema lo requiere.
Para motivar a los jóvenes, añadió, en los planes de estudio se
concibe ahora un mayor espacio al trabajo independiente, a la
búsqueda de información, a la investigación y al empleo de las
tecnologías. De manera que se forme un profesional con un
comportamiento integral adecuado, ejemplo de respeto, buen trato y
bien vestir, que enaltezca a la luz de la sociedad la labor del
maestro, sea capaz de desarrollar una clase más amena, y de asegurar
el interés y la participación más activa y reflexiva de los alumnos,
con una mejor orientación del estudio independiente.