Naciones Unidas.— La negativa de Estados Unidos y otras potencias
dio ayer al traste con las aspiraciones de casi un centenar de
países y las organizaciones de la sociedad civil para que se
aprobara un nuevo acuerdo que regule el comercio de armas, un
lucrativo y "oscuro" negocio que mueve miles de millones de dólares,
según la agencia EFE.
Después de cuatro semanas de maratonianas negociaciones en la
sede de las Naciones Unidas, los 193 países participantes
reconocieron hoy el fracaso de las conversaciones y se marcharon a
casa sin poder consensuar un texto definitivo que permitiera sacar
adelante un nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA).
Tras los avances que se habían logrado el jueves, que permitieron
incluso contar con un borrador "avanzado" y con "bastante consenso",
el optimismo de las delegaciones se desinfló a primera hora del
viernes después de que EE.UU. sorprendiera en la mesa de negociación
al decir que necesitaba "más tiempo" para apoyar un tratado.
En los pasillos de la ONU se hacían interpretaciones de todo tipo
sobre la negativa de la Casa Blanca de apoyar el texto, aunque había
bastante consenso en que se debe a la cercanía de las elecciones de
noviembre.
Varias organizaciones internacionales y personalidades se
lamentaron ante esta dilación, cuando cada minuto muere una persona
en el mundo por culpa de la violencia armada.
Desde Londres, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon,
emitió un comunicado en que se mostró "decepcionado" por el fracaso
de las negociaciones, que calificó como "un paso atrás", pero se
mostró "confiado" que no sea el final del TCA.
Uno de los escenarios que se barajan ahora es retomar el venidero
mes de septiembre el tema durante la próxima Asamblea General de la
ONU, en la que algunos países quieren aprobar una resolución para
"presionar" a las grandes potencias y dar un espaldarazo a los
esfuerzos de la comunidad internacional por regular el comercio.