Causas y azares de Narciso

MADELEINE SAUTIÉ RODRÍGUEZ

foto: Anabel Díaz Mena "Yo mismo no sé qué va a pasar esta noche aquí", comentó a Granma el primer bailarín de Danza Contemporánea Cubana, Narciso Medina, a unos minutos de entrar en el escenario de la sala Covarrubias del Teatro Nacional este último fin de semana, para ofrecer al público los estrenos mundiales de En el umbral de la semilla —en un primer tiempo de la función— y Pasión Goya, como segundo acto de décima temporada de su compañía, titulada Caminos del tiempo.

Con tal aseveración se refería el coreógrafo a En el umbral¼ para cuya ejecución se vale del espectador, quien debe escribir al entrar a la sala pensamientos, sentimientos o estados de ánimo que después serán seleccionados fortuitamente para que, como una suerte de pie forzado, sirvan de inspiración a Medina para crear echando mano a la improvisación, una danza coherente con el mensaje.

La duración y particularidad de cada uno de estos unipersonales irrepetibles dependen de cuánto necesite el artista "decir". De manera que La vida¼ solo estará emparentada con La Fe, El Amor, y Bailar es un estado de apoteosis perfecta —otros de los sentimientos o pensamientos elegidos para convertir en danza— con la génesis que comparten todos por igual al implicar al público que aporta sus referentes espirituales a la puesta.

La escena —donde aparecen un banco o una mesa, según lo consideren utileros y tramoyistas que los incorporan o los retiran arbitrariamente del acto— puede ser abordada por una de las bailarinas para reforzar con el dueto el mensaje en cuestión, o puede subir a ella, a instancias del danzante, tal como lo solicitó al interpretar El Amor, alguna muchacha del público, para aportar con su desempeño un elemento más a la espontaneidad que exige el contexto.

Referencias universales del pintor de las majas sustentan, pasado el tiempo del intermedio, los argumentos de Pasión Goya, propuesta que con notable acierto consigue atrapar en códigos danzarios varios de los cuadros más significativos del insigne artista español.

El sueño de la razón produce monstruos, uno de esos grabados denominados caprichos con los que Goya, dando rienda suelta a su fantasía satirizó a la sociedad, fue también llevado a escena por la compañía, que demuestra que asumir la belleza de creaciones ajenas, auténtica y profesionalmente, puede producir también renovadas satisfacciones.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir