 CIENFUEGOS.— 
			Valioso exponente de la arquitectura doméstica del siglo XIX en 
			Cuba, el Palacio de Blanco es objeto de una restauración general que 
			progresivamente ha devuelto el esplendor a esta joya del patrimonio 
			material cienfueguero, enclavada en su centro histórico, Patrimonio 
			Cultural de la Humanidad.
CIENFUEGOS.— 
			Valioso exponente de la arquitectura doméstica del siglo XIX en 
			Cuba, el Palacio de Blanco es objeto de una restauración general que 
			progresivamente ha devuelto el esplendor a esta joya del patrimonio 
			material cienfueguero, enclavada en su centro histórico, Patrimonio 
			Cultural de la Humanidad.
			El proyecto, confeccionado por el arquitecto Aníbal Barreras, 
			contempla la restauración de la cubierta, paredes, escaleras, el 
			cambio de instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias, la 
			sustitución de la carpintería y los pisos; todo bajo la premisa del 
			respeto absoluto a la concepción original de la edificación.
			Ya uno de los niveles está del todo recuperado y se labora 
			intensamente en el otro, junto al yeso del techo, mediante la 
			supervisión directa de la Oficina del Conservador de la Ciudad.
			El ya denominado Palacio de la Artesanía —sede provincial de la 
			Asociación de Artesanos y Artistas de Cuba— posee elementos 
			neoclásicos, como las pilastras toscanas y la cornisa adornada por 
			múltiples dentellones moldurados; así como una singular cristalería 
			polícroma y escaleras imperiales de doble acceso: únicas en América 
			Latina, según afirman entendidos. 
			El sacarócrata José Quesada ordenó construir este palacio hacia 
			1871, en la céntrica calle San Fernando.
			Una vez terminada su total rehabilitación se convertirá en plaza 
			cultural polivalente, con galerías, salas de conferencias, un 
			recinto ferial con exposiciones de piel, orfebrerías... , 
			presentaciones musicales y eventos de diverso signo.