 Compañero 
			Raúl;
Compañero 
			Raúl;
			Compañeras guantanameras y guantanameros; 
			Compatriotas de todo el país:
			Celebramos el acto nacional por el aniversario 59 del asalto a 
			los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en esta tierra 
			guantanamera, escenario de numerosas batallas por alcanzar y 
			preservar la independencia y la justicia para todos los cubanos, y 
			cuna de muchos protagonistas de esas hazañas, desde la resistencia 
			de los esclavos cimarrones, la incorporación de cientos de patriotas 
			a las gestas libertarias, sobre todo a partir de la brillante 
			campaña de Gómez, Maceo y Guillermón Moncada en 1871, que 
			prácticamente liquidó un emporio cafetalero que aportaba cuantiosos 
			recursos al régimen colonial. 
			Y cuando la guerra se reanudó en 1895, por las costas de 
			Guantánamo regresaron a la patria Martí, Gómez, Antonio y José Maceo 
			y Flor Crombet, junto a un ínfimo contingente de combatientes, que 
			en cuestión de días se transformó en poderosa fuerza, al sumárseles 
			quienes ya combatían en estas montañas, pues Pedro Agustín Pérez y 
			su tropa estuvieron entre los primeros en alzarse en armas. 
			Después vino la frustración de los ideales independentistas con 
			la intervención de los Estados Unidos, de la que aún resta una 
			importante secuela muy cerca de aquí: la base naval de Guantánamo.
			Continuaremos denunciando tan flagrante violación del derecho 
			internacional, hasta que Cuba ejerza la soberanía sobre esa porción 
			de nuestro territorio. Jamás, bajo ninguna circunstancia, 
			renunciaremos a recuperar este pedazo de suelo.
			En la etapa neocolonial fueron notables las luchas campesinas en 
			esta región, como acaba de mencionar el compañero Torres en su 
			intervención de las que son símbolo el Realengo 18 y El Vínculo 
			donde fue asesinado Niceto Pérez.
			Con tales antecedentes era lógico que la batalla definitiva por 
			la independencia y la justicia encontrara aquí tierra fértil. 
			Destacadas fueron las acciones para apoyar el desembarco del Granma. 
			El movimiento clandestino y posteriormente las guerrillas que ya 
			actuaban en la zona, constituyeron importante base para la 
			constitución del Segundo Frente Oriental "Frank País", gran parte de 
			su considerable territorio integra hoy esta provincia.
			El apoyo resuelto de la población de las montañas, junto a la 
			incorporación de numerosos hijos e hijas de esta tierra guantanamera 
			al Ejército Rebelde, resultaron decisivos para que día a día, 
			combate tras combate, el Segundo Frente cumpliera la misión que el 
			Comandante en Jefe le asignara antes de partir de la Sierra Maestra.
			No han sido menores los esfuerzos y sacrificios realizados desde 
			el primero de enero de 1959.
			Si en todo el país ha sido necesario avanzar en medio de las 
			limitaciones derivadas de ser un país pequeño y sometido a la 
			permanente guerra económica e ideológica, aun así en dos ocasiones: 
			1985 y 1995, Guantánamo ganó la emulación especial vigente hasta el 
			pasado año, para otorgar la sede del acto central por el 26 de 
			Julio. 
			Como fue informado oportunamente, se decidió variar la forma de 
			selección, pues no es justo basarse en un conjunto de índices sobre 
			los resultados económicos y sociales de las provincias, sin 
			considerar que ninguna es igual a otra. Todas deben luchar en lo 
			adelante por alcanzar el cumplimiento de sus planes, con énfasis 
			particular en lo económico. Los resultados deben ser integrales, en 
			lo posible, pero la sede será decidida por el Buró Político de 
			manera rotativa. 
			Seguros de expresar el sentir de nuestro pueblo, les 
			transmitimos, en nombre de la dirección de nuestro Partido y 
			especialmente de Fidel y de Raúl, la más calurosa felicitación a las 
			guantanameras y los guantanameros, y con ellos a los dirigentes del 
			Partido, el Gobierno y las organizaciones de masas y sociales de la 
			provincia, encabezados por el compañero Luis Torres Iríbar, a quien 
			es justo reconocer la consagración a la misión encomendada y su 
			contribución a los resultados alcanzados.
			Ya él se refirió hace unos momentos a las principales tareas 
			acometidas. Al incremento de producciones decisivas del territorio 
			como el café, el cacao y los productos forestales y frutales. Sin 
			olvidar que se está todavía lejos de lo que se necesita y de los 
			rendimientos que deben alcanzarse. 
			Además, quedó una importante deuda pendiente: el incumplimiento 
			del plan de producción de azúcar. Esta vez la industria fue el talón 
			de Aquiles y hay que adoptar las medidas que garanticen que la 
			situación sea otra desde el arranque de la zafra 2012-2013. 
			En ningún frente ha habido saltos espectaculares, pero hemos 
			podido constatar que existe más organización, disciplina y 
			exigencia, acompañadas de un mayor compromiso, responsabilidad y 
			entusiasmo de los colectivos laborales. Con esas premisas, si nadie 
			se duerme en los laureles, es posible consolidar lo alcanzado y no 
			volver a retroceder, que es lo más importante. 
			Ya funciona el trasvase, como aquí se expresó, que garantiza el 
			agua al valle de Caujerí y se trabaja en el sistema de riego que 
			concibió el jefe de la Revolución cubana, compañero Fidel Castro; 
			está a punto de concluir el nuevo enlace por carretera con Santiago 
			de Cuba y se avanza en los servicios de gastronomía y en el 
			embellecimiento de la capital provincial y otras poblaciones, por 
			solo mencionar algunas de las obras.
			Son muchos los problemas que aún restan y no todos se podrán 
			resolver con la brevedad que quisiéramos. Pero puedo asegurarles que 
			se seguirá buscando a cada uno la solución más racional y al alcance 
			de las posibilidades de la economía, según la prioridad establecida. 
			Al respecto puedo informarles que se dará continuidad a una obra muy 
			necesaria y de gran envergadura: el acueducto de la ciudad de 
			Guantánamo. 
			Compañeras y compañeros:
			Los lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido marcan 
			el camino para la actualización de nuestro modelo económico, 
			condición imprescindible para mantener los logros sociales 
			alcanzados por la Revolución, bajo los principios de racionalidad, 
			realismo y eficiencia en el empleo de los recursos, y a la vez 
			satisfacer paulatinamente las necesidades de la población.
			No me extenderé en la marcha de la implementación de los 
			Lineamientos y de los resultados de la economía en el semestre 
			recién concluido, asuntos analizados hace pocos días por el Consejo 
			de Ministros, el Pleno del Comité Central del Partido, y la sesión 
			ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular. En especial, 
			las conclusiones del compañero Raúl en esta última, trazan 
			orientaciones precisas sobre cómo actuar en lo adelante. 
			Los enemigos de la Revolución —tanto los de afuera como los de 
			adentro—, bajo la sombrilla de la crítica a una supuesta lentitud o 
			poca audacia de las medidas adoptadas, ocultan sus verdaderas 
			intenciones de restaurar el régimen de oprobio existente en Cuba 
			hasta 1959. 
			Continuaremos reforzando la institucionalidad del país, pensando 
			y planificando en detalle cada nueva decisión, y exigiendo al 
			ponerla en práctica que el control y seguimiento a cada tarea sean 
			efectivos y verdaderos. El asunto no consiste en resolver un 
			problema a costa de crear otro, sino en encontrar soluciones 
			definitivas para no retroceder posteriormente.
			No ignoramos las limitaciones materiales que muchas veces impiden 
			avanzar al ritmo que quisiéramos, la mayoría derivadas de la crisis 
			económica que hoy azota al planeta y ha disparado los precios de los 
			combustibles, los alimentos y prácticamente todo lo que el país 
			importa, dificultades multiplicadas por el bloqueo. 
			Pero no permitiremos que esas reales limitaciones se utilicen 
			como pretexto por quienes siguen actuando por inercia, sin 
			iniciativa ni espíritu de pelea frente a las dificultades. Esos que 
			esgrimen constantemente como justificación lo que falta, en vez de 
			aprovechar al máximo los recursos disponibles. Hay que declarar la 
			guerra sin cuartel al derroche, la indolencia y las actitudes 
			negligentes o burocráticas.
			El pasado mes de enero realizamos la Primera Conferencia Nacional 
			del Partido, que aprobó cien Objetivos de trabajo encaminados a 
			perfeccionar la labor de la organización, en correspondencia con las 
			tareas y circunstancias actuales. Con igual propósito orientó a la 
			UJC y las organizaciones de masas revitalizar sus estructuras y 
			contenidos de trabajo. 
			Tenemos el deber, en primer lugar los militantes del Partido y la 
			Unión de Jóvenes Comunistas, de fortalecer aún más el vínculo con 
			los trabajadores y la población en general; de buscar los mejores 
			métodos que nos permitan escuchar cotidianamente y sobre todo tener 
			en cuenta sus críticas, opiniones y sugerencias para cumplir lo 
			acordado; de predicar con el ejemplo y enfrentar los errores y 
			actitudes incorrectas con valentía y en la forma adecuada a cada 
			circunstancia, de explicar con argumentos convincentes la política 
			de la Revolución y las razones de cada medida. A ello debemos 
			dedicar todos nuestros esfuerzos y energías. 
			Como la Revolución ha hecho invariablemente, cada decisión 
			trascendente será consultada con los trabajadores encargados de 
			llevarla a cabo e incluso con todo el pueblo cuando resulte 
			necesario.
			Por ese camino continuaremos avanzando y haciendo cuantos cambios 
			se requieran, sin ceder un ápice ante las presiones del enemigo y 
			enfrentando resueltamente sus agresiones en cualquier terreno.
			No estamos solos en esa decisiva batalla por preservar nuestro 
			derecho a la independencia y a una vida digna. Contamos con la 
			solidaridad de muchas mujeres y hombres de vergüenza en todos los 
			confines del planeta. La verdad y la justicia tarde o temprano 
			terminan por imponerse. 
			El respaldo cada vez mayor a la justa causa de nuestros Cinco 
			Héroes es muestra evidente de esa creciente solidaridad. Ratificamos 
			a nuestros queridos hermanos el reconocimiento de sus compatriotas 
			por tan valiente y digna actitud, junto al compromiso de no cejar en 
			la lucha hasta lograr su definitivo regreso a la patria. 
			Contamos igualmente con la amistad y el apoyo de numerosos 
			gobiernos y organizaciones progresistas, en particular del ALBA, de 
			la hermana Venezuela y su líder, el Comandante Hugo Chávez Frías, 
			entrañable amigo de Cuba.
			Hoy podemos afirmar que no fue en vano el sacrificio de los 
			mártires del 26 de Julio y de cuantos cayeron, antes o después, en 
			defensa de la justicia y la libertad. 
			Como aquellos que en la mañana de la Santa Ana no dejaron morir 
			al Apóstol en el centenario de su nacimiento, las actuales y futuras 
			generaciones de revolucionarios mantendrán por siempre vivo el 
			legado glorioso de los próceres de la patria.
			¡Gloria eterna a los héroes y mártires del 26 de Julio!
			¡Viva la Revolución!
			¡Viva Fidel! ¡Viva Raúl!
			¡Viva Cuba libre! 
			¡Venceremos!