La caballería de Fidel y Raúl siempre lista

OSCAR SÁNCHEZ SERRA
oscar.ss@granma.cip.cu

"Como aquellos que en la mañana de la Santa Ana no dejaron morir al Apóstol en el centenario de su nacimiento, las actuales y futuras generaciones de revolucionarios mantendrán por siempre vivo el legado glorioso de los próceres de la Patria", había expresado José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en las palabras centrales por el aniversario 59 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, celebrado en la provincia de Guantánamo.

Tras escuchar esa convocatoria, el pueblo guantanamero, reunido en la Plaza Mariana Grajales, en representación de todo el país, cumplió al instante, al aclamar y pedirle que hablara a quien hace 59 años, con solo 18, desbordó valentía, decisión y dotes de Jefe durante la toma del Palacio de Justicia, aledaño al cuartel Moncada.

Se lo pedían al que recibió la tarea del Comandante en Jefe de crear el Segundo Frente Frank País, territorio que llegó a tener más de 12 mil kilómetros cuadrados, una gran parte de ellos ubicados en la actual provincia guantanamera. Por eso, una de sus primeras palabras fue para ese pedazo de la región más al este de Cuba.

Fotos: Juvenal Balán"Sentimos un amor profundo por todo nuestro país, por toda América Latina, y naturalmente por aquellos lugares donde vimos combatir al pueblo, donde vimos caer a decenas de compañeros, donde vibra la tierra. Aquí tiembla la tierra, porque no tiemblan los hombres", y apostilló: "En toda Cuba no tiemblan ni los hombres ni las mujeres y lo hemos demostrado por más de 50 años", expresó, visiblemente emocionado.

Y lo dijo invocando a esa tierra donde combatió junto a todos sus compañeros del Segundo Frente Oriental Frank País, como al resto de la región oriental, donde Fidel caminó cientos de kilómetros desde el desembarco del yate Granma, en Las Coloradas, hasta la Batalla de Guisa. "En todo eso pensaba cuando me acercaba a Guantánamo", explicó.

En las breves palabras pedidas, Raúl sintetizó la esencia ética de la Revolución comandada por su indiscutible Jefe, Fidel Castro Ruz, al reiterar la disposición de conversar con Estados Unidos de cualquier tema, pero de igual a igual, porque no somos sometidos, ni títeres; insistió en la vocación pacífica de Cuba, ya expresada desde aquel 26 de julio de 1953, cuando Fidel al hablarles a los asaltantes momentos antes de la acción, dijo: "la orden es hacer prisioneros, no matar a nadie".

Pero también en el principio de que en materia de defensa aquí no hay que decirle a nadie lo que tiene que hacer, todos sabemos qué hacer en cada circunstancia.

Como la economía es hoy el principal frente de batalla, nos reiteró que sin prisa, pero sin pausa "vamos cumpliendo todas las metas, planificándolas según los recursos de que dispongamos", para dejar claro que la Revolución es la gran proeza del pueblo cubano y expresar que aquí estamos con más cosas o menos cosas, pero siempre con la caballería lista por si acaso.

 

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