Durante los Juegos de Beijing’08, la entidad rectora del deporte 
			ya había tocado a rebato, adoptando el eslogan "Cero tolerancia al 
			dopaje", pero ahora en Londres, en alianza con la Agencia Mundial 
			Antidopaje (AMA), ha optado finalmente por pasar a la ofensiva.
			Por eso, el ultimátum: "Si usted es un atleta dopado y planea 
			competir en Londres, retírese de su equipo olímpico. El margen de 
			eludir los controles son mínimos, los más pequeños jamás vistos", 
			afirmó el presidente de la AMA, John Fahey, a solo dos días de 
			comenzar los Juegos.
			Y no va de farol. Ambos organismos han asumido seriamente el reto 
			de desterrar un fenómeno que lastra al olimpismo y arrastra una 
			larga cola desde que en México’68 el pentatleta sueco Hans-Gunnar 
			Liljenwall se convirtió en el primer descalificado por dopaje.
			Por eso, los datos. Desde su creación en 1999, los avances 
			científicos le han permitido a la AMA ganar terreno y, en ese 
			sentido, en la capital británica se ha puesto en marcha "la mayor 
			operación contra el dopaje en la historia de los Juegos". Tanto en 
			calidad (se aplicarán las técnicas más avanzadas) como en cantidad 
			(se realizará el mayor número de análisis en un evento de este 
			tipo).
			Dotado de la última tecnología y construido con el apoyo 
			financiero de la compañía farmacéutica Glaxo Smith Kline (GSK), el 
			laboratorio antidoping de Londres, ubicado en Harlow (Essex), a unos 
			30 kilómetros del Estadio Olímpico, es capaz de poner al descubierto 
			un cóctel de 240 sustancias prohibidas: anabolizantes, anfetaminas, 
			corticoides, hormona del crecimiento... hasta la célebre "magia 
			negra" de la EPO y sus versiones sofisticadas, como la CERA.
			Sus enormes instalaciones —equivalentes a siete pistas de tenis— 
			estarán abiertas las 24 horas con un equipo internacional de 150 
			especialistas, enfrascados en examinar la cifra récord de 6 250 
			muestras de sangre y orina, a un ritmo impresionante de 400 diarias, 
			para analizar a cada medallista y a más de la mitad de los demás 
			atletas que, sin excepciones, entre el 16 de julio y el 12 de 
			agosto, están sujetos a controles sin previo aviso, en cualquier 
			parte, momento y hora.
			Ya en Beijing’08 se produjeron 14 casos de dopaje positivo —menos 
			que los 26 de Atenas’04— y el COI y la AMA pretenden ahora rebajar 
			esa cifra en Londres’12.
			Por eso, los hechos. La gran apuesta antidopaje de ambos 
			organismos es el pasaporte biológico y en pos de demostrar que el 
			sistema realmente funciona, después de que la federación 
			internacional de atletismo (IAAF) oficializara que la marroquí 
			Mariem Alauí Selsouli, medallista de plata de los 1 500 metros en el 
			Mundial bajo techo de marzo pasado, había dado positivo por un 
			diurético, el australiano Fahey precisó que en los seis meses 
			anteriores a junio al menos 107 infractores fueron suspendidos. "No 
			puedo confirmar cuántos de ellos habrían clasificado, pero esa era 
			su ambición y estoy satisfecho de decir que no estarán en Londres", 
			afirmó.
			Así que el mensaje para disuadir a los culpables no puede ser más 
			alto y claro. Como observó el ministro británico para el Deporte, 
			Hugh Robertson, se trata de que, si bien no se puede garantizar "con 
			absoluta certeza" que serán unos Juegos sin drogas, sí que habrá la 
			menor cantidad de fraudes posibles con "el mejor sistema para 
			atrapar a quien no juegue limpio". Y allá el que intente pasarse de 
			listo.