La obra, interpretada por la Banda Nacional de Conciertos, que 
			dirige Verónica del Puerto, llegó al auditorio mediante una 
			magistral ejecución, según declaró a Granma, su propio autor:
			"Verónica logró la esencia de lo que yo quería. Mi obra es 
			difícil de interpretar, pues tiene muchos elementos contemporáneos 
			mezclados con ritmos del folclor colombiano, en especial, de la 
			cumbia, que para los colombianos es lo que para nosotros el son. Es 
			un homenaje a Colombia, cuya música tiene una gran influencia en el 
			mundo y, por supuesto, en nuestro país, especialmente en Oriente, 
			donde se baila mucho la cumbia. Hoy he tenido dos premios: el del 
			Con-curso propiamente y el de esta magnífica interpretación". 
			Actual director de la Banda Provincial de Granma, Puig, quien 
			lleva 40 años en la música, es uno de los fundadores de la creación 
			y ejecución del programa para la primera Escuela de Bandas de 
			Música, llevado a cabo en la provincia de Granma en el 2003. 
			Graduado de clarinete de la ENA, proyectó los festivales Sindo Garay 
			y el infantil Reparador de Sueños. Igualmente, fundó y dirigió el 
			grupo Tempestad Latina, orquesta popular bayamesa.
			"Ganar entre tantas buenas obras —comentó— no fue fácil, 
			cualquiera de las piezas que hoy se estrenaron aquí gozan de un alto 
			nivel musical. Dedicar esta edición del Concurso a la música para 
			Bandas de Concierto es importante, pues ello constituye una manera 
			de incentivar la creación de nuevas obras musicales para este tipo 
			de formato. Que yo pueda hacer mi modesto aporte me hace sentir muy 
			bien".
			Durante la gala de premiación del Concurso fueron estrenadas las 
			obras Poema orquestal campesino, de Camilo Moreira Coro, 
			ocupante del segundo premio, y Suite juvenil para banda, de 
			Luis Ernesto Peña Laguna; la segunda parte de Dos rítmicas para 
			banda, de Manuel Alejandro Hernández Olazábal, y Excalibur 
			negra... de fuego, de Ernesto Burgos Osorio.
			Los organizadores señalaron que otras obras presentadas, aun 
			cuando no resultaron ganadoras, cuentan con méritos suficientes como 
			para engrosar el repertorio de las agrupaciones de todo el país, 
			para lo cual pondrán todo su empeño el Instituto Cubano de la 
			Música, la Agencia Cubana del Derecho de Autor Musical (ACDAM) y el 
			Centro Nacional de Música de Concierto (CNMC). 
			Entre estas se hallan: Un paseo en almendrón, de Alejandro 
			David Falcón Rodríguez; Poema citadino, de Rafael Díaz Carter;
			Songo a La Habana, de Camilo Moreira Coros; Leyendas del 
			Oeste y Hechizo, de Alberto Gutiérrez Gómez, y 
			Fantasía en tiempo de joropo, del propio Carlos Puig Premión.