Con todo y ese "vendaval" la plata de la pertiguista Yarisley
Silva y el bronce de la discóbola Yarelis Barrios en el mitin
Herculis de Mónaco, décima parada de la III Liga de Diamante,
resultan alentadores.
Silva se elevó hasta 4.62 metros en su primer intento, para
relegar a la tercera posición a la británica Holly Bleadsdale y la
checa Jirina Ptacniková, quienes igualaron dicha altura en la
segunda oportunidad. El oro en esta extraña competencia correspondió
a la alemana Silke Spiegelburg (4.70). Sí, extraña, al punto de que
la estelar rusa Yelena Isinbayeva se fue en blanco tres veces sobre
4.70 y la brasileña Fabiana Mürer no pasó de 4.54.
Recuperada de una sacrolumbalgia que la afectó y haciendo valer
esa competitividad extrema (sus seis disparos fueron superiores a
62.50 metros) Barrios ancló tercera con 64.49, aviso para sus
rivales estivales de que aún no está descartada, fundamentalmente la
croata Sandra Perkovic (65.29) y la bávara Nadine Müller (64.64),
punteras por ese orden.
Sobre ella explicaría vía digital el psicólogo César Montoya,
quien trabaja con los atletas de lanzamiento: "Es una atleta muy
centrada, con metas en extremo altas. Ha respondido muy bien al
trabajo de optimización de atención en cada uno de sus movimientos,
e incluso de los de sus rivales. Moviliza muy bien todas sus
cualidades volitivas en función de su objetivo y responde
manteniendo ese potencial deportivo ante el rango de estímulos que
competencias de nivel supremo le exigen".
De ahí sus victorias en las dos versiones precedentes de la Liga
de Diamante y la esperanza de verla nuevamente en el podio olímpico.
La triplista Dailenys Alcántara, la otra antillana inscrita, culminó
quinta con apenas 14.05 en prueba dominada por la colombiana
Catherine Ibargüen (14.85). Otro registro llamativo fue el 12.93 del
vallista estadounidense Aries Merrit, segundo en menos de una
semana. Alertas todos, la hora cero bajo los cinco aros se aproxima.